Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Esa doña Clara es una tal, que sólo va donde puede sacar, y vuelve las espaldas a una persona decente al verla en un apuro. Nuestra situación es muy mala, rematadamente mala.
57 y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que diere a luz; pues los comerá escondidamente, a falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te apretará en tus ciudades; 58 si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este Nombre glorioso y terrible, El SE
Adriana, sin hablar, abrazó y besó a su tío. Parecía mucho más tranquila que Raquel, cuyos ingenuos ojos verdes tenían algo de doloroso y de adusto bajo el triángulo de blancura que dejaban sobre su frente los cabellos lacios. Como Adriana, un momento después, quisiera marcharse, el señor Molina la retuvo. Si no tiene apuro, hijita, venga para acá.
A ver: ¡sonría usted un poquito, y no sea mala persona!... ¿De veras que no puedes darme ese dinero? Torrebianca hizo un gesto negativo, pero ahora parecía avergonzado de su impotencia. No por ello te querré menos continuó ella . Que esperen mis acreedores. Yo procuraré salir de este apuro como he salido de tantos otros. ¡Adiós, Federico!
Debe ser tambien una máxima política del Gobierno protejer esos establecimientos de la capital, cuyos caudales en el caso de una guerra súbita ó de una revolucion estraordinaria en el interior de las Islas, pueden sacarle de un apuro en el estremo de no poder contar ni con las contribuciones del pais, ni con los ingresos de la aduana y rentas.
Sin decir una palabra, Ester apuró la taza, y obedeciendo á una señal de aquel hombre de ciencia, se sentó en la cama en que dormía la niñita, mientras él, tomando la única silla que había en la habitación, se sentó á su lado.
Yo quedé asombrado, perplejo, sin saber qué contestar. El Morito me sacó del apuro, porque se acercó a decirme que venía alguien por la acera. Pasó el transeúnte y seguimos hablando Dolores y yo. Al día siguiente me esperaría en una casa próxima, que tenía una puerta a otra calle, por donde yo entraría. Se cerró la persiana, le avisé al Morito que nos íbamos y me fuí a la fonda.
«Con tal pensó Loppi que la maga me quiera hacer este favor.» Y al otro día a la mañanita fue al charco, y se puso a dar voces: /P «Camaroncito duro, Sácame del apuro.» P/ y el agua se movió, y salió una boca negra, y luego otra boca, y luego la cabeza, con dos ojos grandes que resplandecían. ¿Qué quiere el leñador? Para mí, nada; nada para mí, camaroncito: ¿qué he de querer yo?
Donde más tiempo permaneció la honrada pareja fue en una capital del Norte, en la cual don José trabó amistad estrechísima con el jefe de una oficina de Hacienda, a quien con su bondad y mucha práctica oficinesca sacó de un grave apuro.
Pasó el día acurrucado sobre el colchón, recordando los días de la infancia y acariciando la dulce manía de la vuelta de su hermano. Al llegar la noche, apretado por la necesidad, desfallecido, bajó a la calle a implorar una limosna. Ya no tenía guitarra; la había vendido por tres pesetas en un momento parecido de apuro.
Palabra del Dia
Otros Mirando