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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Llegó la noche del concierto. Se abrieron los salones del Casino, sucursal del café de la Oliva; hasta hubo su poquito de buffet, a pesar del acuerdo de la Junta, y lo mejor de la población acudió a tomar sorbetes y a contemplar de cerca, y vestidos en traje de sociedad, a los cantantes ilustres que tantas veces había aplaudido viéndolos en las tablas, llenos de abalorios y galones dorados.

Pero Morsamor aún fue más aplaudido, porque, en cerrado coso, a caballo, y armado también de frágil bastón en cuya extremidad había acicalado hierro, lidió y mató bravos toros entre las entusiastas aclamaciones de caballeros y de damas. Sin duda entonces hubo de prendarse de Morsamor doña Sol de Quiñones. Lo cierto es que él se prendó de ella, hizo gala de que la servía y vistió sus colores.

¡Ah! ¡estás loca por él, hija mía! Yo no ... yo no ... pero me parece que le he conocido toda mi vida; que Dios me ha criado para él... me parece el más hermoso del mundo... no se aparta de mi memoria... y mirad: hoy he representado mejor que nunca... y es que... hasta hoy no había comprendido el amor... hoy he pronunciado los amores de la comedia con el alma... y el público me ha aplaudido con frenesí... y escuchad: nunca los aplausos me han satisfecho tanto... nunca me han causado tanta alegría... nunca me han enorgullecido de tal modo... porque estaba él allí... me veía... me oía... escuchaba aquellos aplausos... ¡oh! si ese hombre no es de piedra me amará... me amará... porque yo quiero que me ame... lo quiero y será.

En suma, yo creo que ¡Día feliz! sería muy aplaudido en Madrid, si en Lara se diese; pero como yo no soy infalible, como el público es caprichoso y como por la lectura tal vez se notan primores que en la representación se desvanecen o pasan sin ser notados, yo me abstengo de pronosticar a fin de no desacreditarme como crítico.

Además, ni aún en la Patria pudiera, encontrarle como rival, pues Jusepe Martínez, cuenta que estando en Nápoles halló a «un insigne pintor, imitador del natural con gran propiedad, paisano nuestro del reino de Valencia, de quien recibí mucha cortesía... Entre varios discursos pasé a preguntarle de cómo viéndose tan aplaudido de todas las naciones, no trataba de venirse a España, pues tenía por cierto, eran vistas sus obras con toda veneración.

Desalojaron a Dickens y a Cervantes, que, por falta de espacio, tuve que desterrar en el sótano. Me apechugué a mis libros con la avidez del náufrago que se ase a una tabla de salvación. Leí concienzudamente los mejores, entre ellos uno que tenía un prólogo de Alfred Capus. El aplaudido dramaturgo francés recomendaba el bridge en entusiastas párrafos.

Por más que se cumpla la frase o sentencia proverbial que afirma que nada es muy peligroso ni muy difícil de realizar cuando se tiene el padre alcalde, más extraño es aún que el asesinato de Luciano quede impune, y hasta que sea aplaudido por la autoridad superior, lo cual se indica y se presume por el final de la novela.

Error! ¿No ha tolerado y aplaudido la supresion de los frailes que le eran tan queridos, como se decia? Yo pienso de distinto modo. Creo que solo dos poderes suprimirán en España, mejor que los reglamentos, las corridas de toros: las elecciones populares y los ferrocarriles, es decir la actividad de la industria y la locomocion, y la vigorizacion de la vida política.

Si usted, en otro tono más ligero, risueño y jocoso, hubiera escrito catorce sonetos, catorce veces más verdes aún, como yo soy viejo pecador, y nada tengo de misionero, respecto á la moral y á la decencia me hubiera callado; pero en punto á estética, hubiera echado á usted mi absolución, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera concedido á usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido.

Júpiter entonces convoca y reúne a las divinidades de los mares y de los vientos y con ellas arregla y ordena tan benignamente las cosas que la Infanta puede llegar al puerto de Villafranca, sana, salva y complacida, como llegó en efecto. El lindo y candoroso auto de Gil Vicente se titula Cortes de Júpiter, y fue muy aplaudido por el noble auditorio.

Palabra del Dia

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