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Actualizado: 27 de noviembre de 2025
Antes de entrar, mientras le anunciaba una doncella, oyó un rumor de voces, hablando con apresuramiento, y después un ruido de pasos y de faldas en fuga. ¡No quiero verle! gritó una voz sofocada que el médico creyó reconocer. Al entrar en la habitación notó algo que denunciaba aquella fuga misteriosa. El gesto con que le recibió su prima, le dió á entender lo inoportuno de su llegada.
Todo dormía a bordo de El Gavilán; únicamente Melia había subido al puente, agitada por una vaga inquietud. Aunque la noche fuese aún sombría, un resplandor pálido que asomaba por el horizonte, anunciaba la proximidad del crepúsculo.
Ya se habían congregado los diez combatientes frente á la tribuna del príncipe para recibir dos de ellos el galardón merecido, cuando el agudo toque de un clarín llamó la atención de los presentes hacia un extremo del palenque, ganosos todos de ver al inesperado caballero que así anunciaba su llegada.
Como Miguel era parco en los elogios y su espíritu más propenso a la burla que al entusiasmo, al menos en apariencia, Mario experimentó al oír tales palabras vivo placer. Trascurridos algunos días, Rivera volvió a sacarle la conversación de la escultura. Se anunciaba una exposición de bellas artes para la próxima primavera.
Daba la casualidad de que casi todas las niñas nobles de Vetusta eran flacas. Ana se sentó al lado de la marquesa de Vegallana, única persona que le era simpática entre todas las del corro. Entonces anunciaba la orquesta un rigodón.
Ello es que ha ido a mirarse al espejo; pero valiera más que no hubiese ido. Cuando ha acercado la luz al cristal ha visto una araña que corría por él. La araña era pequeñita; pero tal susto se ha llevado, que por poco si deja caer la lamparilla. Y ahora sí que ha sentido que este presagio le anunciaba que todo iba a acabar para ella. ¿Cuándo? Acaso esta noche.
«Querida mía le dijo Maxi moviendo mucho la cabeza y los músculos de la cara, señal de una fuerte excitación nerviosa ; los dos moriremos después que hayamos cumplido nuestra misión. Y para que te penetres bien de la tuya, te voy a decir lo que he sabido por revelación celestial». Fortunata se preparó a oír el gran disparate que su marido anunciaba, y puso una carita muy gravemente atenta.
Y puesto que todos los periódicos del mundo habían hablado de la catástrofe, de la acusación, de los arrestos y del sumario, ¿no era para la religiosa un deber de conciencia enviar la carta a la justicia? Esta nada había recibido; por consiguiente, la carta no anunciaba el suicidio. Natural era, pues, considerar como singularmente empeorada la condición de los acusados.
Realizose el viaje que anunciaba Paz, no sin que antes la viese Pepe, disipando en la primera conversación con amantes palabras el débil enojo que en ella produjo su reserva; y luego de partida con don Luis, como se prolongara la excursión bastantes días, cruzaron los novios varias cartas, una de las cuales decía así: «Adorada Paz: El cariño que me demuestras es, por la sinceridad que lo avalora, mi única alegría.
Amalia no sólo le hablaba de amor con los ojos, pero le imponía su voluntad, le hacía ejecutar todos sus caprichos, a veces le reprendía ásperamente. Anunciaba, por ejemplo, que se iba a marchar: al volver los ojos se encontraba con los de Amalia que le decían que se quedase, y se quedaba. Trataba de bailar con Fernanda, y una mirada severa bastaba para retenerle.
Palabra del Dia
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