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Actualizado: 26 de mayo de 2025


La tentativa del emperador Alfonso ha sido prematura: espláyese y domine en buen hora la forma románica en todas las grandes ciudades arrebatadas á los califas allende los montes, en Toledo conquistada por D. Alonso el VI, en Zaragoza y Tarragona rescatadas por D. Alfonso el Batallador.

A primera vista parece estraño que un Rey de Castilla haga una confirmacion, pero el que esté instruido en la historia recordará, que habiendo instituido el Rey D. Alonso el batallador herederos á los templarios, y á las milicias del Sepulcro y del Hospital, los aragoneses desestimando tan estraña disposicion, eligieron por rey á D. Ramiro el Monge, con cuyo motivo aprovechándose el rey de Castilla, llamado tambien D. Alonso, de la guerra que se habia encendido entre el rey D. Ramiro y D. Garcia, que lo era de Navarra, entró en Aragon, y se apoderó de Zaragoza y su comarca, tomando entonces el título de Emperador, y reteniendo estas conquistas, hasta que habiendo casado la hija de D. Ramiro Doña Petronila con D. Ramon Berenguer Conde de Barcelona, fué este á visitar al Emperador D. Alonso y obtuvo que le restituyese la ciudad de Zaragoza con todas sus dependencias hasta el oriente del Ebro, no sin otra recomendacion que su franqueza y la nobleza de sus modales, como dicen algunos escritores, sino mediante condiciones contra las cuales protestó solemnemente Doña Petronila en su testamento.

Esta reina virtuosa padeció estremadamente con las discordias suscitadas entre su esposo D. Dionís y su hijo D. Alonso, á consecuencia de la excesiva privanza que el 1.º concedia á D. Alonso Sanchez su hijo bastardo.

El autor de la novela ya citada, de Alonso, mozo de muchos amos, traza un cuadro parecido de los sufrimientos de los actores, cuando, como los gitanos, han de encaminarse de un pueblo á otro cada quince días, lloviendo y nevando .

Aquella era la puerta por donde debía salir Alonso del Camino, y por la que salió descolgándose por el balcón á la huerta del convento. Apenas había cerrado el balcón el padre Aliaga, cuando se abrió la puerta de la celda, y apareció la cabeza del hermano Pedro. Un gentilhombre que viene de palacio dijo , quiere hablar con vuestra paternidad.

Salgamos, que es tiempo murmurole al oído el Lectoral. Algunos tertulios se retiraban; don Alonso entre ellos. Cuando maestro y discípulo bajaron a la cuadra del piso bajo, conducidos por Casilda, ya era de noche. Cae nieve dijo la muchacha mirando hacia el patio. Casilda no había soñado ni mentido.

Y de pronto la enorme diligencia parte, con formidable estrépito de herrumbres, en dirección a Infantes, donde expiró Quevedo, hacia «el antiguo y conocido campo de Montiel», por donde Cervantes hizo caminar a Alonso Quijano la vez primera...

Carlos de Haro. El Conde Galzano Anguisciolo, florentino. Diego de la Cerda. Luis de Aguilar. Álvaro de Luna. Jerónimo de Sande. Juan Ortiz de Leyva. Frías. Martín Galarza. Alonso Escobar. Alonso Golfín. Bravo. Gaspar de Tapia. Juan Paulo. Pedro de Aguayo. Juan Daza. Francisco Rota. Francisco Collazos. Álvaro de Luna. Clemente, siciliano. Gabriel Girardo. Georgio, siciliano. Stefano Palavicino.

Doña Josefa, la hija del conde de la Monclova, siguió habitando en palacio después de la muerte del virrey; mas una noche, concertada ya con su confesor, el padre Alonso Mesía, se descolgó por una ventana y tomó asilo en las monjas de Santa Catalina, profesando con el hábito de Santa Rosa, cuyo monasterio se hallaba en fábrica.

Con esto venganzas cesan, 335 Que suelen en las ciudades Engendrar bandos, de quien Tan tristes sucesos nacen. Vos quedaréis con la honra Que es justo y que Ronda sabe, 340 Satisfecho el señor Duque, Desenojado mi padre, Y yo con tan buen marido, Que pueda mi casa honrarse Y don Alonso mi hermano. 345 ¿Quién pudiera sino un ángel, Señora doña María, Hacer tan presto las paces?

Palabra del Dia

bagani

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