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Actualizado: 26 de mayo de 2025
Hiciéronse pesquisas de malhechores y homicidas, hubo castigos merecidos, y se puso en quietud y seguridad la provincia. A D. Alonso se le mandó salir de la ciudad.
Para mayor desventura, tocole como compañero de cuadra un hidalgo andaluz, sucio y meloso como un gitano, y de quien los demás referían las más chocarreras historias. En cambio, desde los primeros días sintiose atraído por el porte y la franqueza del escribano de raciones Alonso de Velasco, natural de Zamora.
Lo que resta de los dramáticos de esta época, aunque en parte revele trazas de las imitaciones, que se hicieron de aquéllas, no dejan también de distinguirse por ciertas cualidades características. Alonso de la Vega, lo mismo que Lope de Rueda, fué director de compañía, y compuso, como él, las piezas que representó ó hizo representar.
¿Mi olvido de Dios, madre? ¿Esto decís? Sí: el Demonio ha vencido en tu alma. Las vanidades y los premios del mundo te desvanecen. Cuando don Alonso te hablaba del hábito pareciome ver brillar en tus ojos una lumbre de infierno. ¿Quién te pudo mudar de esta suerte? ¿Qué hechizo te han echado en el corazón?
Para continuar nuestra narración, y anudar el hilo abandonado de nuestros trabajos, nos servirá una obra muy importante para el estudio de toda la literatura de aquella época, que se titula La filosofía antigua poética del doctor Alonso López Pinciano , especie de comentario de Aristóteles en forma epistolar, en el cual se exponen las reglas principales que debe observar la poesía castellana, á juicio del autor, siempre siguiendo al antiguo filósofo, pero sin dejarse cegar por su autoridad, y desarrolladas á veces con imparcialidad y sana crítica.
Allí citó y aguardó D. Diego a D. Alonso; y como éste no acudiese al desafío, D. Diego, declarado vencedor por el Rey moro, ató a la cola de su caballo un cartelón donde iba escrito el nombre de D. Alonso de Aguilar con la calificación de alevoso, y le arrastró por el suelo con ignominia.
De la Araucana de Alonso de Ercilla, despues de una alabanza de un solo pasage, habla de lo demas con gran desprecio. ¿Qué dirán nuestros Críticos que á Ercilla le llaman Lucano Español? ¿Trae algunas pruebas para este desprecio? Nada menos. Sobre su palabra va todo, como acostumbra.
Para él la pintura debía seguir también ese anhelo, consolar el sentido y tornar más fuerte y más hondo el ensueño, como el claroscuro de las estancias. Don Alonso, al advertir que Ramiro se acercaba, tomole afable las manos y, después de un momento, preguntole en voz baja: ¿Quiere vuesa merced pasar al estrado? Allí encontrará a mi hija Beatriz con algunos galanes y amigas que ella ha reunido.
Martin Alonso Pinzón, capitán, de Palos. Francisco Martin Pinzón, maestre, de Palos. Cristóbal García Xalmiento, piloto. Juan de Umbria, piloto. Juan de Jerez, marino, de Palos. Bartolomé García, contramaestre, de Palos. Juan Pérez Vizcaino, calafate, de Palos. García Hernández, despensero, de Palos. Juan Rodríquez Bermejo, de Molinos . Juan de Sevilla. García Alonso, de Palos.
A Don Alonso Enriquez, gran almirante de Castilla, estaba encomendado el mando de esta flota: iba de capellan mayor D. Diego de Villaescusa, dean de Jaen; y la encargada por el rey de servir y hallarse á las inmediatas órdenes de la infanta, era Doña Teresa de Velasco, esposa del admirante que dirigia aquella espedicion.
Palabra del Dia
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