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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Este muchacho, a pesar de su ligereza y de las tonterías que sus pocos años le obligaban a cometer, era tan afectuoso, que había llegado a quererle de veras. Su casamiento debía realizarse pocos días después. Quedamos citados para París, adonde yo pensaba dirigirme. Nuestro viaje no tuvo incidente alguno, fuera de esos pormenores propios del caso, que tantas veces los novelistas han contado.

Pero el viejo médico poseía también percepciones que eran casi intuitivas; y cuando el ministro le dirigía entonces una mirada de asombro, el médico se sentaba tranquilamente sin decir palabra como su amigo benévolo, vigilante y afectuoso, aunque no importuno. Sin embargo, el Sr.

Buenas tardes, padre . Buenos ojos le vean, padre . Siéntese aquí, padre. No, ahí no, padre; véngase cerca del fuego. El sexo masculino le fué dando la mano con afectuoso respeto. La voz del sacerdote, al preguntar o responder en los saludos era suave, casi de falsete, como si en la pieza contigua hubiese un enfermo; su sonrisa era triste, protectora, insinuante.

Obligada a ayudar a mi marido, a cuidar de la hacienda, a pensar en los pormenores de la casa como las demás mujeres que trabajan y luchan, no hubiera quizá llegado adonde llegué.... Yo necesitaba un marido afectuoso, dulce, un hombre de talento que supiese dirigirme.... Hoy mismo, mamá, acostumbrada como estoy al lujo y a la vida de sociedad, me retiraría con gusto de ella, me iría a vivir a un rinconcito alegre, allá en el campo, lejos de Madrid.

Sus dos primas la observaban, mirándose luego con cierto aire de asombro, como si esta nueva manera de ser tuviese también su punto censurable. A Fernando, que de allí a poco debía emprender un viaje a Europa, le habló en tono afectuoso, pidiéndole no dejara de escribir con frecuencia, y ayudó a su madre, muy solícita, en el arreglo del equipaje.

Una tarde, habiéndose bajado del coche en el Retiro para dar algunas vueltas a pie, tropezó con Alcázar y su hermana en una de las calles de árboles. Dirigióles un saludo muy expresivo. Raimundo respondió con el mismo afectuoso respeto de siempre; pero Clementina observó que la niña lo hizo con marcada frialdad.

Al vernos entrar, volviose bruscamente, abandonó su asiento, y pude ver entonces que su rostro estaba cubierto de lágrimas. Meyerbeer se estremeció de alegría, y, sin decirle una palabra, le estrechó la mano con ademán afectuoso, como para darle gracias.

Y el diablo quiso, precisamente, que ese despotismo afectuoso fuese, entre todas las formas de ternura, la que más disgustase á Roussel, muy vivo, muy independiente, y absolutamente nada inclinado á dejarse dirigir, siquiera fuese por una mujer bonita.

Escúcheme, repitió ella con modo afectuoso, casi tierno, yo no merezco su cariño... Yo, Muñoz... Ah, esta será la escenita romántica, interrumpió él con una sonrisa de sarcasmo. Yo no puedo querer, ahí está toda la complicación, todo lo indescifrable. No busque otra causa. No es verdad que yo quiera a otro... ¡No es verdad que quiere a Julio! No, no, continuó ella cada vez más agitada.

Aunque tuvo intentos de eludir su saludo no pudo hacerlo: al cabo vino hacia ellos sonriente y afectuoso como lo estaba siempre aquel joven eminente, y les abrazó con efusión. ¡Ustedes por aquí!... ¡Cuánto me alegro!

Palabra del Dia

hociquea

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