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Este se desesperaba por no haber hablado ni una vez á solas con su novia, teniendo que contentarse con las rápidas palabras cambiadas al entrar y salir en la casa de su jefe ó con las cartas que llevaba y traía la aña complaciente. Pepita quería que se encontrasen en el jardín, á la vista de la servidumbre, creyendo esto menos censurable que recibir al ingeniero dentro de la casa.

Por último, se ha de notar que la novela de Dafnis y Cloe no quiere ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta amañada inocencia, propende á difundir regocijo en quien lee, lo cual podrá ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiestético, que es de lo que aquí tratamos.

¡Qué contraste forman Cervantes y Lope de Vega con Calderón, cuando se compara la vida de los primeros, tan fecunda en aventuras y vicisitudes diversas, con la reposada y pobre en sucesos ruidosos del último, según consta de lo expuesto! ¿Habremos de creer, acaso, que, por una negligencia censurable, no han llegado hasta nosotros noticias de esos hechos de la biografía de Calderón?

Si no hubiese escrito más que versos nadie se acordaría de él porque los hacía dañados de conceptismo, desaliñados y fríos, sin conseguir acercarse a sus modelos Herrera y Rioja; y de Góngora que fue su amigo sólo se asimiló lo censurable.

Especialmente en todo lo que tocaba á la expansión de los sentimientos mostraba una libertad censurable, una falta de moderación por completo antifilosófica, que contrastaba con la actitud siempre admirable de su marido.

Julieta, que había sabido por multitud de respuestas, arrancadas a su padre, que en la conducta de aquél no había de censurable más que el afán de darse importancia, protestaba contra una medida tan violenta; y doña Juana apoyaba a su hija. Don Simón insistía en sus propósitos, y se abroquelaba en sus indiscutibles derechos.

Y sin embargo, para el hombre que tiene buen sentido y conoce la vida no es menos censurable. Las novelas de ciertos autores franceses, dedicados á entretener á las clases elevadas, no suelen contener grandes faltas de inverosimilitud material; en cambio contra la moral pecan casi constantemente. Los mismos naturalistas son mucho más severos para aquélla que para ésta.

Y lo más censurable era que, al encararse con sus tozudos animales, azuzándoles con blasfemias mejor que con latigazos, los chiquillos del barrio acudían para escucharle con perversa atención, regodeándose ante la fecundidad inagotable del maestro. Los vecinos, molestados a todas horas por aquella interminable sarta de maldiciones, no sabían cómo librarse de ellas.

En ésta figuran, al lado de personajes vulgares, un encantador, un duende, el dios Febo, Cupido, Orfeo, Medea y un demonio. Obsérvase en las otras dos composiciones de Alonso de la Vega cierta afición á lo fantástico y romántico, mucho más pronunciada y fuerte que en Lope de Rueda, censurable en La Serafina, y no del todo vituperable en La duquesa de la Rosa.

Procuré disuadirla, riendo, de su fundada sospecha, y loé de corazón su franqueza. ¿Cómo pude hallar censurable aquella naturaleza espontánea, sincera, rebosante de pasión y de alegría? Pero las nieblas de la duda no se desvanecieron por completo en mi espíritu, harto suspicaz.