United States or Jersey ? Vote for the TOP Country of the Week !


«Puede usted disponer de toda la ropa blanca murmuró . Mande usted por ella mañana. No quiero nada replicó Isidora, bebiéndose sus lágrimas de fuego, pálida, trémula. Y andando hacia la puerta tuvo una inspiración de drama; se volvió a él, le echó rodadas de desprecio por los ojos y le dijo: «Soy la vengadora de los licenciados de Cuba». Botín se sonreía como un demonio que ha ganado un alma.

Bueno; pues yo pondré las cosas en claro. Te advierto una cosa. No pensaba formalizar aún la cuestión por... por falta de cuartos; pero puesto que han venido rodadas las cosas, conste que tu padre y podéis considerarme, si queréis, como de la casa; ¿entiendes? Y tendió a Pepe la mano, que él estrechó cariñosamente. Ya lo sabéis, como acostumbran los títulos: os pido la mano...

A don Quintín se le ocurrió una idea portentosa: pareciole que no cabía más en cerebro humano. Aquel hombre que se había burlado de él, le estaba facilitando el camino de la más sabrosa venganza. Otra era la que él tenía pensada; pero, pues las cosas venían rodadas... ¡también aquélla! Don Juan continuaba diciendo: ¿No está usted quejoso de ella, no se ha portado con usted indignamente?

Aquella hendidura, labrada por la fuerza brutal de la Naturaleza, parecía angosta vista de lejos; mas de cerca, sus paredes, formadas por las aristas y angulosidades de las rocas, se apartaban, dejando en medio un vacío ancho y tenebroso, donde en confuso desorden iba hacinando el tiempo peñas rodadas, troncos caídos y malezas barridas por los vendavales.

Frente á este feo edificio, y entre él y los carriles ó rodadas de la calle, había una especie de pradillo en que crecían en abundancia la bardana y otras malas hierbas por el estilo, que evidentemente encontraron terreno apropiado en un sitio que ya había producido la negra flor común á una sociedad civilizada, la cárcel.

Ya pasaron los tiempos en que los únicos caminos de la montaña eran rodadas tan estrechas que dos peatones que fueran en sentido contrario no podían dejarse paso y tenía que pasar uno por encima del otro, tumbado en el sendero.

No hay que tomar las cosas tan a pechos... Lo que está de Dios que sea, será. Cuando las cosas vienen bien rodadas, no hay medio de evitarlas». «Y qué, ¿la ha visto usteddijo Maxi dejando al fin aquella posición violenta, y mirando con ansiedad a su tía. ... Me has mareado tanto... que al fin... Pues nada... la he visto y no me ha comido. Es la misma panfilona inexperta de siempre.