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Forman su base los amores de Aurelio y de Silvia, cautivos ambos en Argel. Aurelio es amado de Zara, su señora, mujer del renegado Izuf; y tanto ella como su amiga Fátima se valen de todo linaje de astucias para seducirlo, aunque inútilmente, porque se mantiene inexorable. Esto se desenvuelve en las primeras escenas.

Tambien me ha dicho Izuf todo su intento, Y me ha rogado, que yo á vos os ruegue Algun alivio deis á su tormento; Mas antes con airada furia llegue Una saeta que me pase el pecho, Y esta alma de las carnes se despegue, Que tan á costa mia su provecho Y tan en daño nuestro procurase, Aunque él queda de bien satisfecho.

El cielo me dió marido No para que le gozase, Sino para que quedase Yo perdida, y él perdido. Izuf, á llamar te invia El Rey apriesa nuestro Azan. Dónde está? En el Duan, Metido en grande agonia. Amés, Xemí, Zaragá, Y los Balucos Baxies, Y todos los Debaxies, Y el Daxés están allá. Hanse juntado á consejo Sobre que se ha averiguado Que el Rey de España ha juntado De guerra grande aparejo.

AURELIO. SEBASTIAN. SAAVEDRA. PEDRO ALVAREZ. FRANCISCO Y JUAN: muchachos. SU PADRE Y MADRE. SILVIA. Todos cautivos. FATIMA, Y ZARA: moras. LA NECESIDAD. LA OCASION. UN DEMONIO. IZUF: Rey de Argel, moro. BAYRAN: moro. OTRO MORO. UN CAUTIVO, que se va. AURELIO, FATIMA, ZARA, SAAVEDRA, SEBASTIAN, PEDRO ALVAREZ, cautivos todos tres.

Señor, aqui está Izuf el renegado. Entre, con intencion de aparejarse A obedecer en todo mi mandado, Sino, á fe que le trate en mi presencia Qual merece su necia inobediencia. Dónde están tus cautivos? Allá fuera. Quánto diste por ellos? Mil ducados. Yo los daré por ellos. No se espera De tu valor agravios tan sobrados. En esto me replicas? Da siquiera Algun alivio en parte á mis cuidados.

Usa Valencia otros modos En castigar renegados, No en publico condenados, Mueran á tosigo todos. Mas un moro viene aca, No estemos juntos aqui, Saavedra por alli, Yo y Sebastian por aca. Entranse. Salen AURELIO y IZUF. Trescientos escudos , Aurelio, por la doncella, Y estos al turco, que á ella Alma y vida le rendí, Y es poco, segun es bella.

No te vayas, está quedo. De leña hay falta en la casa. Basta la que á mi me abrasa. Mi amo. No tengas miedo. Dexame, señora, ir, Que vendrá Izuf mi señor. Quien queda con tanto amor, Mal te dexará partir. No hay para que mas porfies: Señora, dexame ya. Aurelio, llegate acá. Mejor es que te desvies. Ansi, Aurelio, me despides? Antes te hago favor, Si con el compas de amor Lo compasas y lo mides.

Todo ese cuento ya me ha dicho Zara, Y me ha pedido que yo á vos os pida No querais desdeñarla ansi á la clara: Tambien no pasa menos triste vida Izuf, nuestro amo, que tambien me adora Con fe, que á lo que creo, no es fingida. O pobre moro, y desdichada mora, Cómo inviais en vano al vano viento Vuestros vanos suspiros de hora en hora!

Bayran, sal allá fuera y llama luego Un cristiano de Izuf, Que quiero que grangee en su sosiego Por ver si mi opinion es verdadera, De pérdida y ganancia es este juego. Señor, del bien hacer siempre se espera Galardon, y si falta en este suelo, La paga se dilata para el cielo. Entra AURELIO.

Después aparecen los dos esclavos Saavedra y Pedro Alvarez, y describen los males del cautiverio. Izuf encarga á Aurelio que le concilie las buenas gracias de Silvia, y él finge que se prepara á desempeñar su comisión. La escena siguiente representa un mercado de esclavos, y los horrores de estas compras de carne humana.