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Viendo los Canarios que no podian cogerle, hicieron tocar á rebato, y trageron dos tiros, que dispararon cuatro veces contra el navio mas cercano. El primero hizo pedazos una olla de agua, de cuatro ó cinco arrobas; el segundo quebró el último árbol de la nave; el tercero hizo un agujero grande en el costado, y mató á un hombre, y aunque erraron el cuarto, quedó muy maltratada la nave.

Movida de su vana fantasía, Con sus hijas de España se ha partido, Con fin de las casar; y así sucede, Que en la muger la honra vale y puede. Tambien Diego Sanabria, el heredero, Despues salió con gente en mala extrena; Que erraron dos pilotos su rotero, Y dieron en el puerto Cartagena.

Entre estos dos conocimientos hay una diferencia; porque para tener el primero, basta la misma presencia del alma, que es principio del acto, con el cual el alma se percibe á misma, y así decimos que se conoce por su presencia; mas para el segundo conocimiento dicha presencia no basta, sino que se necesita una investigacion diligente y sutil, y por esto muchos ignoran la naturaleza del alma y muchos erraron sobre ella, por lo cual dice san Agustin en el libro 10 de Trinitate: no se busque el alma á misma como para ver una cosa ausente, sino procure discernirse como una cosa presente; esto es, conocer lo que la diferencia de las otras cosas, en lo que consiste el conocer su esencia y su naturaleza .

Los Gentiles á esta materia eterea la dieron atributos de divinidad; pero así en esto, como en otras muchas cosas erraron torpemente por faltarles la Religion verdadera. Pero en ninguna cosa se engañan mas los hombres, haciendo mal uso de los sentidos, que en el trato civil; y todos los errores que en él se cometen, solo nacen de que se fían demasiadamente de las apariencias sensibles.

7 Mas también éstos erraron con el vino; y con la sidra se entontecieron. El sacerdote y el profeta, erraron con la sidra, fueron trastornados del vino, se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio. 9 ¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? A los quitados de la leche. A los destetados de los pechos.

8 Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana. 9 Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones. Por ventura oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de Adán? 3 Se extrañaron los impíos desde la matriz; erraron desde el vientre, hablando mentira.

Pero erraron esta vez, como otras muchas veces, sus tiros los demonios porque en lugar de salir con sus intentos, perdieron la presa; llenóse el miserable todo de pavor, y miedo, porque el corazón le decía que esta era cosa del infierno, y no sabía cómo echarlos de ; había oído decir que los dulcísimos nombres de Jesús y de María tenían poder contra esta canalla, pero no se ofrecían á la memoria, hasta que después de mucho trabajo se le ofrecieron y los pronunció: entonces los demonios, como si se viniese abajo toda la casa, huyeron con gran furia, y él, curado en el alma de sus liviandades, entró por el camino de la salvación, con más firmes propósitos y más seso que antes; y con tal mudanza y arrepentimiento de sus yerros, que estando aún con la fiebre se levantó de la cama y fué corriendo á echarse á los piés del P. Caballero, y con más lágrimas que palabras le pidió el santo bautismo.

¿No os ha hablado Dorotea de cierta confitura que ha de ir á la mesa, señalada con un lazo de seda negro y rojo? Montiño se estremeció todo; sus ojos erraron vagos, atónitos, espantados, sin fijarse en ningún objeto.

11 Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc, que guardaron mi observancia, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel, como erraron los levitas. 14 No venderán de ello, ni permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es consagrado al SE

Todos pudimos observar la cara de un hombre envejecido y prematuramente arrugado, con grandes ojos en que se mostraba la solemnidad característica del búho. Los grandes ojos erraron desde la cara de Yuba-Bill hasta la linterna y acabaron por fijar sus inconscientes miradas en aquel objeto deslumbrador. Bill estaba ciego de coraje.