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Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio del que cree pensar y decir cosas profundas, y la manía de reformarlo todo y de resolver en cuatro coplas los más obscuros problemas sociales, religiosos ó políticos pueden seducir á los autores dramáticos que tal vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la resolución de semejantes problemas, y pueden llevarlos á componer un tejido de vulgaridades y zanguangadas, á crear caracteres falsos y á imaginar una acción absurda y sin interés, que sea como el hilo donde ensarten sus insulsos é inaguantables sermones.

Esta gravedad cómica y esta jovialidad trágica que tienen los franceses para decir los mayores disparates con la esplendidez más pomposa, hasta con cierto engreimiento, hasta con cierta altanería, es una cosa que me subleva y me amargura.

En el engreimiento del triunfo, tendrían por evidente que eran una raza superior y nos exterminarían a todos sus prójimos no creyéndonos tales. Dentro de dos o tres siglos, según ya he dicho, la culta filantropía no consentirá tan horrible caso.

El engreimiento y la soberbia se han apoderado de y me han hecho pecar acaso mortalmente. ¿Y cómo es eso? interrumpió doña Inés, sorprendida y sobresaltada. Te diré la verdad contestó Juanita . Yo no he querido huir del peligro, sino buscarlo y arrostrarlo para triunfar de él. No he querido siquiera considerarlo peligro y lo he despreciado.

Dios ha derribado mi soberbia con este golpe; mi engreimiento era insolentísimo, y han sido indispensables los desdenes de ese hombre para que sea yo todo lo humilde que debo. ¿Puedo estar más postrada ni más resignada?

Don Pascual sostenía, además, que Juanita no había provocado la audaz acometida de don Andrés, a la que daba por única causa el engreimiento del cacique y su convicción de que todo había de rendirse a su voluntad y ser propicio a su deseo. No bien se enteró Juanita de todo esto oyendo hablar al maestro de escuela, procuró que terminase la visita y que este se fuera.

Y no lo es porque en Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas que conozcan tan bien ó mejor que nosotros nuestra historia, nuestra lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses está tan engreída, y no sin razón, si cabe razón en el engreimiento, que casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta ahora, se haya hecho en España más que remedarlos ó permanecer en la barbarie ó corrupción mental en que habíamos ó se supone que habíamos caído.

Reniego de mi estúpido engreimiento, de mi afán de lucir, de mi deseo liviano de ser admirada; pero no basta todo ello para explicar esta desventura. Soy víctima de una trama infernal; de una serie de coincidencias fatales. ¿Quién sabe, Dios mío? ¿Quién sabe? Pero es muy duro, es tremendo, es cruel el castigo que cae sobre mi cabeza. ¿Por qué no me mató? ¿Por qué tuvo compasión de ?

Dará siempre, en buen hora; pero cuando el público lo ve, da con alarde; más que con alarde, con gala, con orgullo, con engreimiento.

Si al tiempo y a la casualidad se deben, para contentamiento de mi orgullo, lo mismo valen e importan, ora hayan sido realidad, ora sueño. Tales son las consideraciones que me mueven a desechar primero el engreimiento personal y más tarde el engreimiento de nación y de casta.