United States or French Polynesia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Ahí es nada!... Yo tenía una porción de triunfillos que usted ha inutilizado jugando otros mayores. No hemos perdido gran cosa. Hemos perdido diez tantos, que han ganado estos señores. Dispénseme usted si pierde por mi culpa: soy un mal aficionado.

Miguel, antes de hacerlo, despidió a la batelera, encargándole que le mandasen el equipaje. La sala donde entró era espaciosa: los muebles, aunque no ricos, parecían decentes. Esta es la alcoba. ¿Quiere V. que le traigan luz? Hasta que venga el equipaje no la necesito. Bien, pues dispénseme V.; tengo el estanquillo abandonado. Y la matrona salió de la estancia dejándole solo.

Caballero me contestó con acrimonia dispénseme usted, pero no puedo darle crédito. Yo me entenderé después con estas inconsideradas y locas niñas; y en tanto no puedo menos de creer que usted y lord Gray han urdido un abominable complot para turbar la paz de mi casa. Señores, ¿no hablo con razón?

Por fin se arregló de cualquier modo, pasose un peine por el pelo, y dando tumbos se fue a la salita donde aguardaba el sacerdote, en pie, mirando las fotografías de personas de la familia, única decoración de la mezquina y pobre estancia. «Dispénseme usted, Sr.

Esto es, Lituca, poner el dedo sobre la llaga, ni más ni menos, y llamar las cosas por sus nombres, por más que usted aparente creer lo contrario para escurrir el bulto... y dispénseme la llaneza. Pero si no ha llegado ese caso, trapacerón del diantre, ¿cómo quier que yo le responda? En el supuesto de que haya llegado hice a usted la pregunta.

Y luego, de repente, como cayendo en la cuenta: ¡Ay, por Dios, dispénseme!... ¿No conocía usted a Martínez?... Martínez..., el señor Fernández Gallego, ministro de Gracia y Justicia... Mi buen amigo, don Juan Antonio Martínez...

¡Dispénseme V., D. Agustín; dispénseme V.! Grotte goza de reputación europea, es miembro honorario de la Academia de Ciencias de Berlín y de la de París, director de uno de los hospitales más importantes, médico del Emperador...

Así, pues, ¿te preocuparás de trajes después de casada? Siempre. ¿Y de tu esposo? Señor exclamó de pronto mi compañero, ¿no tiene usted bastos? ¡Vaya si tengo! ¿Por qué, pues, no los ha echado usted? Dispénseme, estaba escuchando... mejor dicho, combinando... y contaba las cartas ya jugadas.

Señor marqués murmuró , dispénseme la libertad que me tomo.... Una persona de su clase no se debe rebajar a importársele por lo que haga o no haga la criada.... La gente es maliciosa, y pensará que usted trata con esa chica.... Digo pensará Ya lo piensa todo el mundo.... Y el caso es que yo..., vamos..., no puedo permanecer en una casa donde, según la voz pública, vive un cristiano en concubinato.... Nos está prohibido severamente autorizar con nuestra presencia el escándalo y hacernos cómplices de él.

Vivíamos en Sevilla muy cerquita de su casa. Es fiscal de la Audiencia y tiene las tres hijas que vas a ver... ésta es la primera, Sofía. ¡Uf qué fea!... Dispénseme VV., no he podido remediar este grito... Di lo que gustes manifestó la brigadiera. Hace ya tiempo que estamos todos en ello. Mira la tercera, Gertrudis. Pues ésta es más fea aún. Aquí está la segunda, Lola.