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Así que ¡zás! en cuanto vi la cosa seria, me fui derecho al bulto y me aboqué con V... Y si yo no hubiera sido hermano de Julia y la galantease, ¿qué hubiera V. hecho? Pues nada... hubiéramos ido al terreno. ¿A qué terreno? Al del honor. Nosotros, los militares, estamos más comprometidos que VV., los paisanos, cuando llegan estos casos. A nosotros el uniforme nos obliga a no transigir...

Pero si había alguna persona de fuera, al hablar de Enrique todos sonreían alegremente, como diciendo: «No nos pregunten VV. por ese calavera, ese aturdido. ¿Quién pone puertas al campoLa tolerancia que mostraban les hacía simpáticos, y al mismo tiempo prestaba más realce a su conducta intachable.

Para hacer mas palpable la posibilidad de dicho camino, citan VV. SS. el de los Jesuitas que, segun el P. Antonio Ruiz Montoya, salian de la Asumpcion por el rio Paraguay arriba, desembocándose como á las 40 leguas en el puerto de Maracayú, pasando desde allí á embarcarse sobre el Salto grande del Paraná.

Con ella y el fuerte de Borbon se persuaden VV. SS. que no podrán los Lusitanos adelantar sus usurpaciones, y que no habrá necesidad de otros establecimientos.

Escogiose el terreno, que fue un camino de arena mejor resguardado que los otros por dos altos setos de rosal; midiéronse los sables; despojáronse los adversarios de los gabanes y levitas, quedando con el chaleco, en gracia del frío que hacía; colocóseles en su sitio con el sable en la mano: por último, el conde de Ríos, como la persona de más respeto que allí había, se colocó en el medio, alargó los brazos tomando con los dedos las puntas de los dos sables y se apartó diciendo con fuerte entonación: Señores, cumplan VV. con su deber.

El dueño le presentó a sus hijas, unas chicas bastante feas, con los ojos torcidos y los pies muy chiquitos... en fin, VV. ya habrán visto a algún chino. Parecían amables, y mi amigo quedó muy satisfecho del recibimiento que le hicieron. No quedó tan contento de la madre, esposa de nuestro chino. Era una vieja que estaba al lado del fogón picando cebolla, así como está ahora Rufa.

Distinguidos señores: Convencido de que VV. tratan las cuestiones Filipinas con criterio imparcial, para que la opinion publica de los E.U. no se extravie y sea digna de un pueblo grande, libre y culto, me tomo la libertad de rogarles que se hagan eco de los siguientes puntos: 1.o El pueblo filipino no alimenta ningun odio sistemático contra los extranjeros; sino por el contrario acoge con agrado y gratitud

La razon en que VV. SS. se fundan de prevenir á los Lusitanos en aquellas partes, no me hace la menor fuerza; porque no juzgo prudente gastar en eso sumas enormes que no se han calculado, como era regular y preciso en este como en todo proyecto; ni las podrán rehacer con las ventajas que se figuran y que yo tengo por nulas.

Todo esto era motivo de indignación para la intendenta. «De trapos muy bien solía decir con amargura; pero de música están VV. tan desnudos como su madre los parióEl tío Manolo lo tomaba con más filosofía, sobre todo en lo que tocaba a las señoritas.

Al cabo, dejándolo sobre la mesa y acercándose, les dijo soplando antes repetidas veces: Voy a darles a VV. una noticia que creo ha de serles grata, dada la amistad que me profesan y el cariño y el interés con que han compartido hasta ahora, lo mismo nuestros pesares que nuestras alegrías. Todos alzaron la cabeza con sorpresa.