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Pero si sabe todo lo que ese hombre puede saber, mas la poesía, que supone otra multitud de conocimientos, puede contarse por seguro que será declarado sin apelacion, espíritu superficial. ¿Es sério este modo de juzgar? ¿Sabe Vd. lo que Napoleon decía del poeta Corneille? Pues bien, decía que á haber vivido en su tiempo le habria nombrado su primer ministro.

Examinando ahora la tragedia francesa, se observa desde luego que todo el mérito, que se puede atribuir á Corneille, es de índole negativa, esto es, que consiste en haber suprimido las dos adiciones citadas: lo que tiene de positivamente bueno, lo debe al poeta español.

Hartzenbusch prueba evidentemente, en su edición de Calderón, que la comedia de este poeta, En esta vida todo es verdad y todo mentira, se había escrito ya en el año de 1622, y, por tanto, se han desvanecido por completo las dudas que existían respecto de la prioridad de esta obra con relación al Heraclio, de Corneille.

Y nada prueba contra este aserto que Corneille haga caso omiso de nuestro poeta, porque tampoco confesó espontáneamente, en un principio, que había tenido presente la de Guillén de Castro. Por lo que hace al mérito de El honrador de su padre, hemos de modificar también nuestro juicio anterior, resultado de un análisis algo ligero de este drama.

Ya mencionamos antes algunos ejemplos famosos de tales imitaciones, como el Cid y el Menteur, de Corneille, y el Festín de Pierre, de Molière, cuando hablamos de Guillén de Castro, Alarcón y Tirso de Molina.

La más célebre, entre todas éstas, es La verdad sospechosa, modelo del Menteur, de Corneille, aunque ésta sólo ha conservado muy poco del original. Un joven de prendas poco comunes, aunque deslustradas por su propensión á la mentira, ve, recién llegado á Madrid, dos bellas damas, enamorándose de una.

Séneca, Aristóteles, Corneille, Bacon, Montaigne, Joubert, Massillón, San Agustín, Rousseau, Voltaire, Shakespeare, Juvenal, toda una legión, se agitaba, bullía, vibraba en aquel cerebro poderoso, hecho para los torneos y las epopeyas, para las recias batallas y las hondas lucubraciones.

Si la bella y altanera organización de Corneille no hubiera sido miserablemente sometida por la Academia de su tiempo a las dimensiones de este hecho de Procusto, sobre el cual debían ser torturados a su vez todos los genios de Francia, nos hubiera dejado más tipos, porque la naturaleza le había dotado en el más alto grado de la potencia creadora.

Sus bellezas resaltan todavía más cuando se comparan con la imitación seca y descolorida de Corneille, en la cual se echan de menos ó aparecen desfigurados todos los rasgos de ingenio y gracia del original, transformándose en drama moral insoportable un cuadro lleno de vida y de talento en todos sus personajes .

A ellos tambien debe la Europa los romances caballerescos y las representaciones dramáticas; y gracias á la poesía, la lengua francesa, tan pobre como es, ha llegado á ser un idioma universal, el idioma de la prosa por excelencia, pasando de las manos de Corneille y de Racine á las de Pascal, que es el que tiene la gloria de haber fijado esta lengua, complementada por Voltaire, Montesquieu, Buffon y Rousseau.