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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Las frases de Voltaire, llamándole autor de la primera tragedia verdadera de la Europa moderna, y las de Corneille, en que confiesa que es el primero que escribió El Cid, han sido repetidas muchas veces, si bien no se han hecho ulteriores investigaciones acerca de su vida y de su influencia.
Una noche, por ejemplo, se ponían en la escena en movimiento los muñecos de palo de Racine y de Corneille, oyéndose en monótonos yámbicos españoles lo que los franceses califican de dignidad indispensable del estilo trágico, esto es, frases ridículas de polichinelas, como la siguiente: Mourons, mon cher Osmin, moy comme un visir, et toi Comme le favorí d'un homme tel que moy.
Por consejo del marqués de Grimaldi se representaron en el Buen Retiro, y en otras posesiones reales, diversas traducciones de tragedias francesas; al mismo tiempo fijó su atención el conde de Aranda en los teatros de la Cruz y del Príncipe, mejorándolos en su parte material, refrenando á los partidos que alborotaban en ellos, haciendo poner en escena en los mismos traducciones de Corneille y de Racine, y excitando á los poetas españoles á escribir en el nuevo estilo obras dramáticas originales.
Entre sus demás dramas, Don Sanche d'Aragon y la Suite du Menteur, son imitaciones respectivamente de El palacio confuso y de Amar sin saber á quién, de Lope de Vega. Ambos dramas son indudablemente de los mejores que cuenta la literatura francesa; pero cuando se comparan con sus notables originales, aparece de un modo indudable la falta de dotes poéticas de Corneille.
Su mérito literario es casi siempre escaso, y al parecer, se escribieron más bien por acceder á los deseos y á la conveniencia de los directores de teatros, que por inspiración espontánea del poeta. Poetas dramáticos valencianos. Francisco Tárrega. Gaspar Aguilar. Ricardo de Turia. Carlos Boyl. Miguel Beneyto. Vicente Adrián. Guillén de Castro. Su Cid y el de Corneille.
Descuella, entre todas, su Cid ó El honrador de su padre, como se titula su comedia española, habiéndose observado también en Francia la semejanza singular de esta comedia con el Cid de Corneille . Esta semejanza es tan grande, no sólo en muchos pasajes aislados, que se hallan esparcidos en diversos lugares del drama, sino en escenas enteras traducidas casi literalmente, que aparece el plagio sin dejar lugar á dudas . La opinión, pues, que antes expusimos, de que éste era el único caso en que un español hubiera imitado algo de un francés, merece ampliarse con nuevos datos.
Bastan todas estas razones para pensar, aun sin datos exteriores que lo corroboren, que este drama hubo de escribirse antes del año 1636, fecha en que apareció el Cid de Corneille. La tragedia francesa ha de mirarse, pues, como compilación de la de Diamante y Guillén de Castro.
Don Bernardo, of whom we see but little, recalls don Diègue of Corneille, to whom he is directly related, for Guillén de Castro is a worthy disciple of Lope de Vega and wrote many plays, including las Mocedades del Cid, in his manner, and Corneille's indebtedness to the former is too well known to need explanation.
Admitiendo la hipótesis que yo he abrazado, se comprenderá fácilmente que Racine, aún más sometido que Corneille a las exigencias académicas, y para colmo de desgracias obligado a ser cortesano, haya producido menos tipos sorprendentes cuya expresión viva y original representa, con toda la exactitud de una cifra, el valor real del poeta.
Corneille, el más joven, cuyo Don Bertrand de Cigarral es una imitación de la comedia de Rojas, nada ha añadido al original, que merezca alabanza, pero sí ha disminuído mucho su primitiva vis cómica .
Palabra del Dia
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