United States or Heard Island and McDonald Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Que el muchacho salga de este mal paso; que una vez esté en la calle yo lo cogeré, y antes muere a mis manos que vuelve a escaparse. El señor José estaba trastornado por el suceso. ¡Qué mundo, señores! Parecía cambiado y con gentes distintas a las que él había conocido en sus tiempos juveniles.

En nombre de la humanidad y de la especie te miraré con benevolencia... Cierto que me ha de escocer algo. Pero cogeré mi sombrero y me marcharé de tu casa, sin que eso quiera decir que te abandone, pues lo que haré será jubilarte, señalándote media paga». ¡Pero qué hombre más raro, y qué manera de querer! pensaba Fortunata. iv

Salió luego al corredor, y habiendo notado que la escalera no estaba barrida aún, llamó a la portera. «¿Pero usted en qué está pensando? ¿No le han dicho que hoy viene el Señor a esta casa? ¡Y está ese portal que da asco mirarlo! Coja usted la escoba mujer. Si no, la cogeré yo. Qué, ¿se cree usted que no lo hago como lo digo?».

2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y cogeré espigas en pos de aquel en cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. 4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: El SE

Cierto que no le cogeré; porque habrá saltado por el balcón; pero no me negarán que entró... Le he visto yo, le he visto pasar por delante de la botica... En la escalera ha dejado su huella, su rastro, rastro y huella, señores, que no se pueden confundir con nada... pero con nada. ¡Pues estamos divertidas! dijo doña Lupe a Fortunata, que daba suspiros mirando a su marido con lástima intensísima.

Si no duermo, vale más que encienda luz y me levante, y abra el balcón y me asome a él... Pero no, tendré frío, me constiparé, cogeré una inflamación, una erisipela. ¡Ay, qué horror! Me pondré tan fea..., y es lástima, ¡porque soy tan guapa, me estoy poniendo... divina!

Quedose Miranda indeciso un punto, y volviendo a aullar, derramó a borbotones su ira, exclamando: Mire usted que la cogeré... la cogeré.... Váyase usted, no me tiente la paciencia.... Cójala usted replicó Sardiola risueño de puro desdeñoso... a ver cómo se lucen esos ánimos... porque pensar que he de irme yo... a no ser que la misma señorita me lo mandase....

-Contra ese corte yo otro -respondió Sancho-, que no le va en zaga: cogeré yo un garrote, y, antes que vuestra merced llegue a despertarme la cólera, haré yo dormir a garrotazos de tal suerte la suya, que no despierte si no fuere en el otro mundo, en el cual se sabe que no soy yo hombre que me dejo manosear el rostro de nadie; y cada uno mire por el virote, aunque lo más acertado sería dejar dormir su cólera a cada uno, que no sabe nadie el alma de nadie, y tal suele venir por lana que vuelve tresquilado; y Dios bendijo la paz y maldijo las riñas, porque si un gato acosado, encerrado y apretado se vuelve en león, yo, que soy hombre, Dios sabe en lo que podré volverme; y así, desde ahora intimo a vuestra merced, señor escudero, que corra por su cuenta todo el mal y daño que de nuestra pendencia resultare.

Pero debo ir solo, enteramente solo, señor; les cogeré in fraganti... ¡Silencio...!, ¡chis!... La ley me autoriza a hacer un escarmiento... pero horrible, tremendo... ¡Silencio digo!». Y salió de estampía, como una saeta. Viéndole correr, se reían Izquierdo y el Tartera. El infeliz Ido iba derecho a su camino sin reparar en ningún tropiezo.