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Lo que he querido decir es que hay creencias, hay teorías y leyes que, dictadas con la mejor intencion, producen las más deplorables consecuencias. Me explicaré mejor citándole un ejemplo. Para conjurar un pequeño mal, se dictan numerosas leyes que causan mayores males todavía: corruptissima in republica plurimæ leges, dijo Tácito.

Insistió el joven cada vez con más afán. La generala cedió al cabo «por compasión, porque temía que hiciese una locuracitándole para el día siguiente. Miguel debía pasear a pie y por la tarde hacia la Casa de Campo, y tropezar casualmente con el carruaje de Lucía: ésta mandaría parar y entablarían conversación, hasta que a la postre le invitaría a subir y dar con ella un paseo.

La brigadiera le contestó muy atenta citándole para el día siguiente a las tres de la tarde en su casa. Aquella noche apenas pudo dormir nuestro joven bajo la obsesión de mil pensamientos afanosos y cambios súbitos de temor y de alegría: los nervios se le desbocaban fácilmente y no era poderoso a sujetarlos.

También este muchacho, escéptico para todo lo que no estuviese en relación con su egoísmo, parecía contagiado por la preocupación general. Cuando despertó, la carta de ella citándole para las cinco de la tarde contenía igualmente algunas palabras sobre el temido peligro. A través de su estilo de enamorada parecía transpirar la preocupación de París.

So color de haber sido hollados los derechos del pueblo en la manera de dar cumplimiento á los decretos del gobierno, la Cámara de los representantes fulminó contra Paez una acusacion, que en 30 de Marzo admitió el Senado, suspendiéndole de su empleo y citándole á dar cuenta de su conducta.

Era de aquella desconocida que mantenía con él extraña correspondencia durante dos semanas. Una inicial por firma y la letra de carácter inglés, fina, correcta e igual a la de todas las que han sido pensionistas del Sacré Coeur. Hasta su mujer la tenía así. Parecía que era ella la que le escribía citándole a las diez en la Florida, frente a la iglesia de San Antonio. ¡Qué disparate!

Quiero creer que tiene corazón; pero, ¿qué uso hace de él? ¿No me ha dicho usted que tiene dos primas ese Querubín que aspira a convertirse en un don Juan? Pero olvido, citándole esos dos nombres, que quizás no conoce usted ni el uno ni el otro. ¿Le ha permitido ya su profesor de retórica leer a Beaumarchais y El Convidado de piedra?

El ministro continuaba citándole frecuentemente a su despacho con otros diputados de la mayoría, y allí, mano a mano y como en familia, se contaban las fuerzas y se discutían las batallas que, por de pronto, necesitaba dar el Gobierno, sin perjuicio de otras más rudas que tendría que librar más adelante. No se apuraba don Simón por esto, pues no paraba mientes en tan poca cosa.

Desde entonces dejaron tranquilo al mozo, sin fastidiarle y sin embromarle más con disolutas disertaciones e impuras acechanzas. Lo que resultó de este frustrado delito, del que no pudo menos de tener noticia la sociedad elegante y aristocrática de Madrid, fue la fama casi de santidad con que resplandeció D. Jacinto, a quien se dieron a reverenciar las señoronas devotas, citándole como modelo.