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Actualizado: 11 de junio de 2025


¡Bueno he andado yo todo el día! No culpéis, pues, ni á vuestra esposa, ni á vuestra hija, ni á su novio. Yo tengo la culpa de todo, señor Francisco, y yo os prometo que en saliendo de aquí no me veréis más, porque iré á meterme fraile. ¿Y crees que yo dejaré que tu crimen quede impune por mi parte? ¡Ah! ¡queréis dar parte á la justicia! Es mi obligación; me lo manda mi conciencia.

D. TELL. ¿Sois por dicha, hidalgo, vos El alcalde de Castilla Que me busca? REY. ¿Es maravilla? D. TELL. Y no pequeña, ¡por Dios!, Si sabéis quién soy aquí. REY. Pues ¿qué diferencia tiene Del Rey, quien en nombre viene Suyo? D. TELL. Mucha contra . Y vos, ¿adónde traéis La vara? REY. En la vaina está, De donde presto saldrá, Y lo que pasa veréis. D. TELL. ¿Vara en la vaina? ¡Oh, qué bien!

No se levantan para ceder su asiento a una señora, porque sostienen que una señora no debe entrar en un tranvía donde no hay asiento. Pero que un hombre insulte a una mujer, que un niño pida auxilio, y veréis toda esa indiferencia desaparecer en el acto. Poco político, si queréis, pero, una vez amigos podéis contar con ellos como un inglés que os ha estrechado la mano. ¿Morales?

En el tronco del árbol, señor Cornelio. Os burláis, viejo Horn. No; os lo aseguro. Ahora lo veréis. El piloto empuñó el hacha y atacó briosamente con ella el tronco del árbol, que ofrecía una resistencia increíble. El Capitán tuvo que relevarle en el trabajo un cuarto de hora después, hasta que por último la planta, cortada circularmente a dos pies del suelo, se desplomó con gran estrépito.

Y has cometido la imprudencia de decirle que el venir á tu casa podía robarle la paz de la suya... no quieres vengarte. Os juro que me vengaré; que me vengaré de una manera cruel. El bufón movió la cabeza en un ademán de duda, de incredulidad. , me vengaré insistió ella. ¿Y cómo? Ya lo veréis. No... adivino. Yo haré de modo que en su vida me olvidará.

Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí, os lo he dicho. Y yendo a dar las nuevas a sus discípulos, 9 he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: Halláis gozo. Y ellas se llegaron y abrazaron sus pies, y le adoraron.

Luego se casó con este Scott, hijo de un banquero de New-York. Y de repente, un pleito ganado, les puso entre las manos, no millones, sino decenas de millones. Poseen en alguna parte, en América creo, una mina de plata; pero una mina seria, verdadera, una mina de plata... en la cual hay plata. ¡Ah, ya veréis qué lujo estallará en Longueval!... Todos parecemos pobres en la ciudad.

Este malvado y perro como artero, A todos los mas indios comarcanos Los trae á su opinion al retortero: Y como son los indios tan livianos, Y el pica su poquillo en hechicero, Donde el pone los pies ponen las manos: De suerte que si quiere hacer la guerra, Al punto le vereis juntar la tierra.

Sentaos á la orilla del mar en una playa solitaria; escuchad el sordo mujido de las olas que se estrellan bajo vuestros piés, ó el silbido de los vientos que las agitan; con la vista fija en aquella inmensidad mirad la línea azulada que une la bóveda del cielo con las aguas del océano; colocaos en una vasta y desierta llanura ó en el corazon de un bosque de árboles seculares; en el silencio de la noche contemplad el firmamento sembrado de astros que siguen tranquilamente su carrera, como la siguieron muchos siglos antes, como la seguirán siglos despues; sin esfuerzo, sin trabajo de ninguna clase, abandonaos á los movimientos espontáneos de vuestra alma, y veréis como brotan en ella sentimientos que la conmueven hondamente, que la levantan sobre misma, y como que la absorben en la inmensidad.

19 Aún un poquito, y el mundo no me verá más; sin embargo vosotros me veréis; porque yo vivo vosotros también viviréis. 20 Aquel día vosotros conoceréis que yo soy en mi Padre, y vosotros en , y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

Palabra del Dia

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