United States or Serbia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Así que hubo terminado la pieza y bajado el violín, se inclinó de nuevo ante el squire y ante el pastor, diciendo: Espero que veo a vuestro honor y vuestra reverencia en buena salud; os deseo larga vida y un buen y feliz año nuevo. Y a vos igualmente, señor Lammeter, y a los demás señores y a las damas y a los jóvenes.

¡En las horas de descanso del día presente cuando en el jardín de la casita en que vivimos lo veo rodeado de mis hijos, que le llaman abuelo, pulcramente vestido de negro, aunque conservando el mismo paso cadencioso y rítmico de los primeros días en que le conocí suelo evocar los viejos recuerdos, y comparando mi existencia de los días oscuros con los que después alcancé, comprendo cuánto le debo y cuál fue mi suerte al encontrarlo en el camino de la vida!

Dirigiéndose entónces el señor Micromegas á otro sabio que encima de su dedo pulgar tenia, le preguntó qué era su alma, y qué hacia. Cosa ninguna, respondió el filósofo malebranchista; Dios es quien lo hace todo por ; en él lo veo todo, en él lo hago todo, y él es quien todo lo hace sin cooperacion mia.

Y ahora que me acuerdo, ¿qué le decía usté esta mañana á aquel otro señor de patillas, cuando nosotras pasábamos, que nos miraban tanto? ¿Luego me vió usted? Yo veo todo lo quiero. ¡Ah, pícara!; me servirá de gobierno.

Está conmovido por la majestad del acto repuso Amaranta . Me parece que estos señores darían algo ahora porque les mandasen a sus casas. Verdaderamente las fachas no son malas. Desde aquí veo al vizconde de Matarrosa indicó doña Flora . Es aquel mozalbete rubio. Le he visto en casa de Morlá, y es chico despejado... Como que sabe inglés.

Pero, amigo mío, nadie piensa en hacerle a usted matar... Tranquilícese... y en cuanto a mi amiga Juana, es una persona a quien no se debe juzgar a la ligera... Yo no ; todo lo que pasa en esa linda cabeza... pero hay en su pupila algo que no me agradaría si fuese su marido. Pues yo no veo nada en su pupila dijo Saville; ¡Naturalmente! contestole la señora Hermany.

¡Juan...! ¡Juan! gritó doña Manuela avanzando un paso con ademán imponente, extendiendo las crispadas manos como si fuera a arañarle. ¿Qué hay...? ¿Qué quieres...? No me causas miedo. Los que somos honrados decimos sin temor la verdad.... Ya veo que has llorado, pero a no me engañan tus lagrimitas.

Y querría ya verme en camino, sólo por vella; que ha muchos días que no la veo, y debe de estar ya trocada, porque gasta mucho la faz de las mujeres andar siempre al campo, al sol y al aire.

¡Dios mío! dijo como si hablase con ella misma. ¡Qué tristeza y qué alegría al mismo tiempo! Esto es muy hermoso. ¡Pero esa mujer!... ¡esa pobre mujer! Hace ya años que la veo así, dijo Rafael, fingiendo conocerla mucho, a pesar de que hasta entonces rara vez se había fijado en la pobre hortelana. Todos los de su clase son gente muy especial.

Ante esta proposición quedaron un instante perplejos Lorenzo y Ricardo, que sentían vehementes deseos de aceptarla; pero éste se limitó a preguntar: ¿Queda de camino? Eso es lo de menos; los caballos son guapos... y así de paso dejaban la canastita que la veo aquí... ¡pero sin el moño!... Y sin los duraznos repuso Ricardo.