Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de octubre de 2025
Suponiendo que el telegrama fuese realmente de miss Dodson, ¿no podía ser una venganza de mujer despechada y celosa?... Raúl había podido ser amable, demasiado amable, coquetear con ella, turbar la imaginación de la pobre muchacha y hacerle acariciar una loca esperanza... De esto a admitir aquella monstruosa acusación... Con todo, los términos eran precisos y formales...
Cuando perdí la senda Que á tí me conducia, Yo ví nube sombría Turbar su claridad; Pero brilló risueña Cuando te hallé amorosa, Y en tu cabeza hermosa Vertió su claridad. Cuando al cruzar los mares Se ha entristecido mi alma, Me ha inoculado calma Su rayo celestial; Y si las tempestades Mi nave han combatido, Al punto se ha encendido Cual místico fanal.
Adolfo era realmente un hombre superior, como se verá en el curso de la presente historia. Hablaba poco, reía menos, y el espectáculo de las pasiones humanas no lograba turbar el vuelo elevado de sus pensamientos.
Martín los deja en plena libertad, y contempla esas locuras con la mirada benévola e indulgente de un padre. En el fondo, preferiría la calma de antes; pero son tan felices ellos, en su juventud y su inocencia, con los ojos brillantes y las mejillas encendidas, que sería un crimen turbar su alegría con observaciones molestas. Después de todo son unos niños.
Mientras corrió el tren por los campos de España, todavía la imagen de la chula venía de vez en cuando a turbar su espíritu. Pero en cuanto atravesó la frontera se le borró por completo.
Y el sacerdote, falto de apoyo, viendo la hostilidad por todos lados, dejaba para el día siguiente las resoluciones enérgicas, riñendo a su sobrina cuando ésta le echaba en cara su debilidad. El canónigo Obrero, de quien impetraba socorro, no quería turbar la calma beatífica de su existencia mezclándose en la rebelión de la gente menuda.
Cuando entró otra vez en las Alamedas de Serranos, sus piernas flaqueaban, y sintió la necesidad de dejarse caer en uno de los bancos. En aquel paseo silencioso, casi desierto, que lentamente se obscurecía, podía forjarse la ilusión de que estaba en un jardín de su propiedad, donde nadie vendría a turbar la pereza dolorosa, el anonadamiento triste en que iba sumiéndose.
A contener este alboroto, salieron de aquella ciudad 600 hombres tumultuariamente dispuestos, los mas del pais, y entre ellos algunos europeos y á pocas leguas que anduvieron, avistaron al rebelde en el paraje llamado Sangarara, con un considerable trozo de indios y mestizos de aquella comarca: y como al mismo tiempo esperimentasen una cruel nevada, se refugiaron en la iglesia; y mas poseidos del miedo, que resueltos á acometer al enemigo, le despacharon un emisario que le preguntase cual era su intento, y el motivo que habla tenido para levantar gente y turbar la tierra: y la respuesta fué, que todos los americanos pasasen luego á su campo, donde serian tratados como patriótas, pues solo queria castigar á los europeos ó chapetones, corregidores y aduaneros.
De repente, al dejar Don Juan sola á su esposa, entra en la habitación un hombre vestido de marinero: es Don Alvaro, que, no pudiendo resistir á su antiguo amor, se ha encaminado con este disfraz á Barcelona; con nuevas súplicas atormenta el corazón de Serafina, pero ella le representa con tanta energía y elocuencia lo insensato y lo vano de sus deseos, que él resuelve, por su parte, luchar con su amor, y no turbar más, en adelante, la tranquilidad de su amada.
El cuitado de D. Valentín no sabía qué hacer: andaba inquieto; bullía de un lado á otro, sin atreverse á entrar en la alcoba de su mujer para que no le despidiese á gritos, porque venía á turbar su reposo, y sin atreverse tampoco á no estar allí cerca para que su mujer no le acusase de indiferente, egoísta y desalmado, que no miraba con interés sus males, y ni siquiera preguntaba por su salud.
Palabra del Dia
Otros Mirando