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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Hay que admirar la fuerza y salud robustísimas que le permitieron producir una de las más copiosas obras literarias que posee la humanidad, como por juego, sin que en momento alguno se advierta fatiga ni esfuerzo; hay que admirar el caudal de simpatía, el hechizo para la conversación y trato de gentes que se manifiesta en sus cartas y nos hace comprender el perenne afecto que sintió hacia él el Duque de Sessa, y sus triunfos amatorios cuando ya ni la edad ni el hábito permitían esperar tales cosas; hay que admirar una inmensa capacidad de saber, un conocimiento de cosas antiguas y contemporáneas absolutamente sin igual, una potencia retentiva y un don de observación que tocan en lo fabuloso.
Deogracias, Rafaela y Blas han jugado diez reales cada uno. Les tocan mil doscientos cincuenta». «El carbonero, ¿a ver el carbonero?» dijo Barbarita que se interesaba por los jugadores de la última escala lotérica. El carbonero echó diez reales; Juana, nuestra insigne cocinera, veinte, el carnicero quince... A ver, a ver: Pepa la pincha cinco reales, y su hermana otros cinco.
Por eso muchos escritores que conocen las manías de la crítica y se esfuerzan en darle gusto, no sólo se guardan de estos errores, sino que cada vez que tocan algún punto de política ó administración, de artes, oficios ó modas, endilgan verdaderos y sapientísimos cursos acerca de ellos.
Es como algunos enfermos, que acaban por entenderse con su enfermedad y viven con ella de lo más ricamente. ¡Pero al que le tocan de cerca las consecuencias de estas luchas!...
Si hubiera de hacerse un estudio comparativo y minucioso de la manera en que la población se ha distribuido en España, se obtendría mas de una enseñanza interesante. Prescindiendo de Cataluña, país tan excepcional, se ve, por ejemplo, una profunda diferencia en la fisonomía y las condiciones estadísticas de dos grandes regiones que se tocan: las Andalucías, y la Nueva Castilla con Estremadura.
Sin embargo, f..., con un poco de habilidad y trabajándolo bien, acaso con el tiempo.... Para entonces necesitábanse algunos hombres que no tuviesen inconveniente en invertir un buen capital. Si no los hallaba en España, iría al extranjero a buscarlos.... Calderón, al oir hablar de un negocio, se encogía como los caracoles cuando los tocan.
Araceli no había podido lograr de sus padres que comiesen en mesa aparte según las pragmáticas de la buena sociedad. La distinguida joven estaba de humor jovial aquella mañana. Pues señor, oí misa cerca del altar de la Virgen del Carmen, y al salir de la iglesia siento que me tocan en el hombro. ¿Quién me toca? me pregunto.
Casi todos siguen las cosas que se imprimen mas en la mente; y como las cosas sensibles hagan esto porque tocan á los hombres mas vivamente, por eso facilmente dexan llevarse de sus impresiones. Pero el hombre sabio, enterado de los engaños que ocasionan las imágenes de los sentidos, percibe como los demas los objetos que se le presentan, y juzga, no segun las apariencias, sino segun la razon.
Cómo se tocan los extremos del inmenso ramaje es curioso de ver; por ejemplo, cuando Pepito Trastamara, que lleva el nombre de los bastardos de D. Alfonso XI, va a pedir dinero a Cándido Samaniego, prestamista usurero, individuo de la Sociedad protectora de señoritos necesitados. iii
Por el camino, doña Lupe decía: «Es lástima que Nicolás se haya ido a Toledo hace dos días, pues si estuviera aquí, él daría pasos por su hermano, y con seguridad le sacaría hoy mismo de la cárcel, porque los curas son los que más conspiran y los que más pueden con el Gobierno... Ellos la arman, y luego se dan buena maña para atarles las manos a los ministros cuando tocan a castigar.
Palabra del Dia
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