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Actualizado: 12 de junio de 2025
Son las seis y media de la tarde; a las siete y media se alza el telón en Covent-Garden. Covent-Garden, en los grandes días de la season, tiene un aspecto especial. El mundo que allí se reune pertenece a las clases elevadas de la sociedad, por su nombre, su talento o su riqueza.
«¿En dónde te has metido? se preguntaba con remordimiento . ¿Cómo terminará todo esto?...» Pero al sonar los pasos de ella en la habitación inmediata, al percibir la onda atmosférica producida por el desplazamiento de su adorable cuerpo, se replegaba en su interior esta segunda persona y un telón opaco caía en su memoria, dejando visible únicamente la realidad actual.
Cuando bajó el telón, un anciano encorvado, con luenga barba blanca y gafas, se acercó arrastrándose más que andando al palco de los de Belinchón. ¡Don Mateo! Imposible que usted faltase exclamó doña Paula. ¿Pues qué quiere usted que haga en casa, Paulita? Rezar el rosario y acostarse dijo Venturita.
Terminaba el primer acto de "La Walkiria", cayó el telón, y ya encendidas las luces de la sala, buscó el sitio en que debía estar Adriana. Pero apenas creyó distinguirla, el exceso de la emoción le hizo apartar la vista, y se puso a pasearla por todo el teatro, por las mil caras rosadas, los blancos hombros desnudos y los peinados espléndidos cuajados de pedrería.
Nada; los arrojes son cuatro mozos de cordel que hacen subir el telón, bajando ellos colgados de una cuerda. Se oye un estruendo espantoso: se ha descorrido la cortina, y el ingenio se refugia a un rincón de un palco segundo, detrás de su familia o de sus amigos, a quienes mortifica durante la representación con repetidas interrupciones.
Y después de pasado el Alto de Boa Vista, al rodar en pleno bosque, les había seducido el bello panorama de la Cascatinha. Aquí ordenó Isidro con su autoridad indiscutible . Jamás se habrá efectuado un desafío con tan hermoso telón de fondo. ¡Lástima que no venga con nosotros un operador cinematográfico! ¡Qué cinta pierde el mundo!...
Aquella mirada la resistían pocos; a unos les daba miedo, a otros asco; pero cuando algún audaz la sufría, el Magistral la humillaba cubriéndola con el telón carnoso de unos párpados anchos, gruesos, insignificantes, como es siempre la carne informe.
Febe entonces dice para sí: pues me echaré yo antes de que me echen, y se larga con un señor Septimio, que es muy rico y que se la lleva á Roma. Háganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el telón. Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta años.
Bien quisiera la Tribuna salir, librarse de la sensación lancinante que le producía tal vista; pero la gente que la rodeaba por todas partes, como las sardinas a las sardinas en la banasta, no le consentía moverse mientras el telón no se bajase.
Quizás podrá acontecer que sin el concurso de mi voluntad se me ofrezca el mismo espectáculo; pero siempre soy libre de distraerme, corriendo por decirlo así el telon, para no ver aquella escena; así como de levantarle de nuevo cuando tenga ganas de presenciarla.
Palabra del Dia
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