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Actualizado: 4 de noviembre de 2025
Izquierdo propuso la fundadora sonriendo , ya sabe usted... esta amiga mía quiere recoger a ese pobre niño, que tan mal se cría al lado de usted... Son dos obras de caridad, porque a usted le socorreremos también, siempre que no sea muy exigente...».
Esto le confortaba y le reconstituía. Y hablando, hablando Leticia y su amiga, sacó la primera a relucir a don Mauricio el Solemne. Poco antes de llegar tú dijo a Verónica , se presentó aquí de improviso; se encontró con nosotros al día siguiente; y como si le hubiera contrariado el encuentro, aquella misma tarde salió para París. ¿Solo? preguntó sonriendo Verónica.
Carga con ellos y así te perniquiebres repuso D. Manuel sonriendo. Pero no basta eso. Es preciso que pongas una orden a tu administrador para que me los entregue. Aquí, en este papelito... Ya que tienes la pluma en la mano no me voy sin la orden. Luego acabarás tu carta.
Isabel contestaba sonriendo y con transparente satisfacción. No sé: creo que hasta ahora no le ha dado por ahí. Está tan metido por mis faldas que parece un niño de tres años.... La verdad es que le ha de costar trabajo hallar una mujer que le quiera tanto como yo. Y así era como ella lo decía.
No mienta usted dijo sonriendo Leonora dulcemente con cierta expresión de gratitud. ¿Cree usted que por aquí no nos hemos enterado de lo que hacía en Madrid?
Manolo la miró fijamente con sorpresa. Luego, sonriendo dijo: ¡Qué engreída estás, Soleá!
Decídelo tú, que ves mejor en esas confusiones que a mi me ofuscan; y lo que decidas, eso haré. Ya sabes que lo he jurado. Aplaudo esos alientos me dijo Guzmán entonces, sonriendo, pero no tan impávido como aparentaba , porque, o yo me equivoco mucho, o has de necesitarlos muy pronto. Y vamos ahora al consejo.
¡Ah, sí! exclamé, sonriendo crispadamente. No sé por qué, aquella noche me molestaba de un modo horrible cualquiera alusión a mis amores. Suárez, o por imprevisión o por malicia, cometió la falta de insistir: La barbiana vale máz que la fábrica, aun... para un andaluz. A uzté, como ez gallego, le guztará más la fábrica.
¡Un manicomio! dijo Moreno, sonriendo de un modo que le heló la sangre a su generosa tía . Sí, no me parece mal. Y lo estrenaríamos tú y yo... v Despidiose Guillermina a la puerta de la casa, para ir al asilo, y él subió. ¡Cosa más rara! Apenas se cansaba al acometer la escalera. Sentíase muy bien aquella mañana, el espíritu confortado, la palpitación muy adormecida, el apetito despierto.
Tío dijo la joven sonriendo tan melancólicamente que no se comprendía cómo podían sonreír así aquellos labios tan sonrosados tío, no hay corazón impenetrable para los ojos de los que aman; yo que le quiero a usted he alcanzado a leer en el suyo. ¿Y qué has visto en él? Antonia miró a su tío e hizo un gesto de vacilación. ¡Vamos! ¡habla! ordenó el doctor. ¡No me martirices más con tus reticencias!
Palabra del Dia
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