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Figúrate que jugábamos al volante, y Lucía se equivocó al contar sus puntos; yo tenía seiscientos ochenta y ella seiscientos quince solamente, y ha pretendido tener seiscientos setenta y cinco. Me confesarás que esto era demasiado fuerte. Yo sostuve mi cifra y por supuesto, ella la suya. Y bien, señorita, le dije, consultemos á estas señoritas; yo me someto á su fallo.

Vuelvo la cabeza y veo a un viejecito que empuja las fichas con una raqueta temblorosa. Debe de sentirse próximo a la muerte, y por eso no juega a encarnado. Acaso ganara; pero por unos cuantos duros no va a dejar a última hora su camino de siempre. ¡Qué hermoso ejemplo de consecuencia para los políticos! Yo lo someto a la consideración de un distinguido diputado, el cual se echa a reír. Ya ves.

Pueblos civilizados, honrados habitantes de los Estados Unidos, á cuya elevada y recta consideración someto este mal pergeñado documento; ahí teneis los hechos providenciales, que prepararon la injustamente combatida existencia de la actual República Filipina y de los que, aunque indigno, Dios me ha hecho el agente principal.

Lo que usted quiera, pero esto es así y no de otro modo. Por lo tanto, no dejaré a usted sacar ni un centavo del Banco. Me someto, porque me falta la firma; pero en cuanto a registrar la caja, ¡venga usted a impedírmelo! De una manotada cogió el llavero de sobre el pupitre y se abalanzó a la caja de hierro. Míster Robert le dejó hacer.

De estos hechos quiere inferir Condillac la confirmacion de su sistema; yo extraño que sobre datos semejantes se pretenda fundar toda una filosofía. Someto á la consideracion del lector las observaciones siguientes. El órgano de la vista ejercitándose por primera vez, debia ser sumamente débil, y por consiguiente servir de un modo muy incompleto para las funciones sensitivas.

Me someto gustosa, pero no sin molestia, pues hubiera querido verme dispensada de la ley común, conservando en mi vejez los atractivos de la juventud. Con frecuencia me olvido de que ya cuento treinta y ocho años, y todo cuanto me lo recuerda me es desagradable. Dios mío, haced que acuda siempre a el recuerdo de la nada y tened compasión de esta débil mujer. Milly, 6 de julio de 1806.

Todo el partido la acatará; nuestra divisa es Obediencia: cúmplase nuestra divisa. Yo me he permitido formar un proyecto de lista que someto a la consideración de ustedes dijo uno de los presentes, joven de hermoso aspecto, de simpática figura, que hasta entonces había guardado silencio. A ver, lea usted dijo el doctor Trevexo.

»Mientras las muchachas pobres sean la reproducción exacta, en cualidades, defectos y gustos, de las ricas, que no se extrañen de que éstas sean preferidas. »Someto mi caso y mis reflexiones a su alto juicio, y ruego a usted que se sirva aceptar mis homenajes. ¿Qué decís de esto, hijas mías? preguntó la de Ribert. Es muy interesante respondí pensativa.

Y a propósito, Fidel; no habrás olvidado mi encarguito. Le habrás dicho a la señora que yo no me someto a esa asquerosa farsa de la vigilia, y en estos santos días de Semana Santa quiero comer carne y pescado. Yo promiscuo, o promiscúo, que no a ciencia cierta cómo se pronuncia dijo don Celedonio. ¡Jesús, María y José! ¡Qué Judas Iscariote!

Me someto y resigno de antemano a estas censuras, reservándome el derecho de protestar interiormente, ya que no de público, contra la injusticia de tal acusación. Porque lo he de decir, aunque perezca mi gloria de inventor todos los hechos fundamentales de esta novela se han efectuado. El autor no hizo más que relacionarlos y darles unidad.