Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de julio de 2025


Tan rápido fué este acto, que la joven, preocupada únicamente en tirar de su lazo, casi cayó del caballo al faltarle de pronto el apoyo de la resistencia. Watson se alejó, sacándose el fragmento de cuerda que envolvía aún sus hombros. Luego la arrojó, sin volver la vista atrás. Mientras tanto, la niña de Rojas seguía recogiendo su lazo, que se arrastraba blandamente por el suelo.

No quiso Dios que la vuelta fuese tan feliz como la ida, porque uno de los ciclistas, llamado, y no por mal nombre, Pedro Minio, de la piel del diablo, había empinado el codo más de la cuenta en el almuerzo, y dio en hacer gracias con la máquina, metiéndose y sacándose por angosturas peligrosas, hasta que en uno de aquellos pasos fue a estrellarse contra un árbol, y se estropeó una mano y un pie, quedándose inutilizado para continuar pedaleando.

Acaecieron en dicho año 810 defunciones, igual número de nacimientos, y 311 casamientos; se sortearon 1.132 mozos, sacándose 17 soldados; concurrieron á las escuelas por término medio 150 niños de ambos sexos, vacunándose 1.109; se sustanciaron en el juzgado 23 causas correspondientes á delitos cometidos en su demarcación, y por último, tiene 71 cuadrilleros á más del puesto de la guardia civil al mando del capitán, jefe de la línea.

Había en toda la casa un silencio de muerte. Sacándose el anillo de Muñoz, sin saber por qué, se volvió a la sirvienta y le pidió en voz baja que lo guardara. Parándose en el umbral, suspensa, lo primero que vio fue la cara de Laura hundida en el blanco almohadón. Sentado a la cabecera de la cama, Julio tenía una mano de la enferma entre las suyas.

Aunque no llovía en aquel momento, la noche estaba muy húmeda y el piso, según acusaban las polainas de los soldados, verdaderamente asqueroso. En la villa se hallaban ya casi todos al corriente de lo que pasaba, y muchos bultos negros, silenciosos, ocupaban los balcones, sacándose los ojos para ver cómo desfilaban los presos.

Inútil pregunta, porque él no sabía que cuando se recibe algo se dan las gracias. Jacinta le volvió a coger en brazos y a mirarle. Otra vez le pareció que el parecido se borraba. ¡Si no sería...! Era conveniente averiguarlo y no proceder con precipitación. Guillermina se encargaría de esto. De repente el muy pillo la miró, y sacándose el caramelo de la boca, se lo ofreció para que chupase ella.

Con permiso... dijo Baldomero golpeando con los nudillos de la mano en la puerta de la sala, donde conversaban Lorenzo y Melchor, recostado éste en el sofá, mientras esperaban la hora de almorzar. ¡Entre, Baldomero! ¡Aquí está fresquito! dijo éste sacándose el sombrero y peinándose el cabello con los dedos. Siéntese... ¿qué hay de nuevo?

Al fin se cansó de este zumbido de colmena en desorden, y sacándose de la oreja el microfónico aparato, quedó envuelto en un dulce silencio, estremecido apenas por lejanos é indefinibles murmullos. Se iba adormeciendo Gillespie, cuando le estremeció un gran ruido de muchedumbre, haciéndole volver á la realidad.

En las bocacalles por donde se descubría un cacho de mar, el señor de las Cuevas solía detenerse un momento para echar una ojeada escrutadora. Por ahora bonanza. Dentro de poco terral. ¿Las ves? dijo con expresión de triunfo al cabo de un instante. ¿Qué? Las lanchas, hombre, las lanchas. ¡Cómo lo han olido! No veo nada, repuso Gonzalo sacándose los ojos por columbrarlas en el horizonte.

Muertos casi todos los oficiales que se habían alojado en el castillo. Su Excelencia tenía la mandíbula arrancada por un casco de obús. Lo había visto en el suelo rugiendo de dolor, sacándose del pecho un retrato que intentaba besar con su boca rota. El tenía el vientre destrozado por el mismo obús. Había estado cuarenta y dos horas en el campo sin que lo recogiesen...

Palabra del Dia

accidents

Otros Mirando