United States or Saint Pierre and Miquelon ? Vote for the TOP Country of the Week !


-Si no fue Roldán más gentilhombre que vuestra merced ha dicho -replicó el cura-, no fue maravilla que la señora Angélica la Bella le desdeñase y dejase por la gala, brío y donaire que debía de tener el morillo barbiponiente a quien ella se entregó; y anduvo discreta de adamar antes la blandura de Medoro que la aspereza de Roldán.

La entrada de este Puerto Deseado es muy estrecha, y facil de fortificar á poca costa: puédese cerrar con cadena, así en la boca como en lo restante del canal, el cual corre este-oeste hasta la punta oriental de la isla de Roldan.

Era aquel personaje hombre de avanzada edad, cuyos largos cabellos y barba blancos le daban venerable aspecto, realzado por el amplio ropaje de color púrpura que lo cubría hasta los pies. Ahí tenéis á Roldán de Parington, secretario regio, dijo el señor de Morel.

A todos sus animales les impuso nombres mitológicos y legendarios: Aquiles, giro; Ulises, colorado; Héctor, gallino; Hércules, negro; Roldán, dorado; Manfredo, cenizo; Carlomagno, negro también; etc., etc. En las otras galleras abundaban los nombres de toreros.

Del valle se elevaba un canto marcial y sonoro, más grato para los sitiados que la más armoniosa melodía. ¡Allí, allí! prosiguió Simón. Vedlos que salen del bosque y toman el camino del castillo. Han visto las llamas y también la turba de esos condenados y cantan como siempre que la Guardia Blanca se prepara á dar y recibir testarazos. ¡Ah, valientes! ¡Á , Yonson, Roldán, Vifredo!

Había caído la tarde en una serenidad dulcísima; algún caliente suspiro del ábrego removía en el jardín las hojas secas, llevando hasta la ilustre casa de la Torre y Roldán, clara y distinta la voz solemne del Salia, eterno arrullador de la vega.

Á fe mía, Roger, dijo éste, que hubiera preferido ver á Carlos de Navarra disputarnos el paso de esos montes, que tengo entendido fueron teatro de un reñido combate en el que perdió la vida cierto valeroso Roldán. Si me lo permitís, señor barón, repuso Reno, os diré que conozco bien el país por haber servido á las órdenes del rey de Navarra.

Cierta mañana escuchó una voz de mujer a pocos pasos de la gruta: Cantan de Oliveros e cantan de Roldán e non de Zurraquín, fue gran barragán. Cantan de Roldán o canta de Olivero e non de Zurraquín, fue gran caballero. Era un doble estribillo que Medrano, el escudero, no se cansaba de repetir. Pareciole la voz de Casilda. ¿No sería algún engaño de los sentidos?

A las nueve de la noche en verano, y a las ocho o antes en invierno, mandaba acostar a los niños, y desde entonces, hasta las once, y a veces hasta más tarde, tenía tertulia, en la cual se discreteaba, y a la cual rara vez asistía el señor Roldan, que no presumía ni podía presumir de discreto, y a quien las discreciones de su mujer pasmaban y enorgullecían, pero al mismo tiempo le excitaban al sueño.

Quien habló con él fue una mujer que entraba a verle con frecuencia y que le traía y llevaba recados de la señora doña Inés López de Roldan, sin duda para los negocios y obras de caridad que ellos trataban y hacían juntos. La interlocutora de don Andrés, ya comprenderá el lector que fue Serafina.