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Actualizado: 1 de julio de 2025
Tiene diferentes islas ó bancos de arena, es muy rápido y caudaloso; sus aguas son dulces y suaves, y en el rio son bermejas: se ven lobos marinos y en su orilla hay algunos árboles de sauces de los que se forman las balsas que quedan referidas, y por su mucha corriente vá robando las barrancas y haciéndose cada vez mas ancho. Continuamos marchando hasta las once de la noche. Dia 30.
Desde entonces los Tehuelches, tentados con las esperanzas de presas, han hecho cada año incursiones en el territorio de Buenos Aires, robando mucho ganado.
Así adquirí las evidentes noticias que expongo al Monarca, ó á quien hace su inmediata persona, diciendo: Pero sin embargo determinaron los indios sitiar la ciudad, robando cuanto ganado habia en los contornos de ella, y frecuentando sus asaltos, en los que siempre quedaron con la peor parte.
Esta existencia errante les hacía emplear astucias de hombre primitivo para satisfacer sus necesidades. En las inmediaciones de las casas de campo arrastrábanse sobre el vientre, robando las hortalizas sin ser vistos.
Parece que todavía me guarda algún rencor porque me permití descubrir el escondrijo donde amontonaba, como la marmota, lo que iba robando. Estás prevenido contra él gruñe Martín; lo mismo que Gertrudis... Sois injustos, cruelmente injustos con él. Juan mueve alegremente la cabeza; y, señalando con el dedo una puerta que conduce a una habitación de madera, recién construida, pregunta. ¿Qué es eso?
Estaban cerradas todas las puertas; el gabinete envuelto en las tintas pálidas del ocaso; los brillos de las sedas y el relucir de los metales amortiguados por la creciente sombra; la luz escasa parecía aumentar las distancias robando la forma a los objetos, y la mancha negra del ropaje del cura junto a la esbelta figura de Margarita, parecía absorber toda la claridad que penetraba por el ancho hueco del balcón.
Saltó el Ingles en tierra, y al poblado llegó con furia cruel y repentina; Y como le ha hallado despoblado, Con su rábia diabolica y maligna A una Santa Cruz ha escopetado, Robando lo que halla allí, camina. El piloto quedó allí abscondido, Que al alto con los nuestros se ha subido. Arana, que venia muy pujante Con dos fuertes y bellos galeones, Con una veloz lancha de delante, Allega á Manta.
Los que escaparon de este estrago, se refugiaron al cacique Taberé, en su pueblo, llamado Hieruquizaba, 40 leguas de Acaraiba: no pudimos seguirlos, porque iban quemando y robando por donde pasaban, quitando todo el bastimento y comida. Estuvimos cuatro dias en Acaraiba, reparándonos del trabajo, y curando los heridos.
Al cabo de tres dias, receloso De que la gente está fortalecida, Levó ferro con furia deseoso De hallar dó pillar en su corrida. Por el parage pasa, presuroso, De Lima, dó la cosa conocida, El Conde del Villar á Pedro Arana Trás èl envia con gente muy lozana. El enemigo yendo navegando, Y tomando un navio en el camino, Aquello que le agrada mas robando, Al piloto llevarle le convino.
De cavilación en cavilación, dejó llegar la noche sin salir de la cuadra. Dos horas después de cenar, díjole al paje: Puedes irte a dormir. ¿No ha oído vuesa merced preguntó el muchacho algo así como un rechinar de eslabones en la estancia vecina y unos golpecillos como de huesos? Estarase alguno robando la argamasa del muro.
Palabra del Dia
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