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Actualizado: 13 de junio de 2025


Entonces, como ahora y como siempre, los profanos en el arte de la guerra arreglaban fácilmente las cuestiones más arduas, charlando en cafés y en tertulias, y para ellos era muy fácil, como lo es hoy, organizar ejércitos, ganar batallas, sitiar plazas y coger prisionero a medio mundo.

Don Juan se portó así, seguro de que aquello no era renunciar a la victoria, sino asegurarla, dilatándola; prefirió sitiar la plaza por hambre a tomarla por asalto. Aunque a la noche siguiente estuvieron el cielo sereno y el aire templado, no se le ocurrió a ninguno de ambos amantes ponerse al balcón ni entornar la puerta.

Llegaron con estas fuerzas á Anchirao, y de allí con gran valor y confianza, que lo dice Pachimerio, fueron á sitiar á Germe; lugar fuerte donde los Turcos estaban, y entendida por ellos la resolucion, con sola la fama de su venida dejaron el lugar, y se retiraron. Pero no pudo ser esto tan á tiempo, que su retaguardia no fuese gravemente ofendida de los Catalanes.

Detrás de la Nueva Holanda veréis el Océano Austral sitiar con una onda circular las dos puntas extremas del antiguo y nuevo continentes. Nada de tierra en el mundo antártico, ó de islitas, ó de pretendidas tierras polares que tan pronto son indicadas por los descubridores como han desaparecido, no siendo tal vez más que hielos. Aguas sin fin, siempre aguas.

Desde el rompimiento de Soledad con Velázquez, en vez de acudir solícito á sitiar la plaza vacante, se había despegado un poco. Saludaba á la joven cuando la hallaba y hablaba con ella algunos ratos, pero no se le veía asiduo como antes.

El general Patiño, fatigado de enviar mortíferos proyectiles a la esposa de Calderón sin que la plaza se diese siquiera por enterada, había levantado el cerco para sitiar a la marquesa de Ujo, que a las primeras granadas había capitulado abriendo las puertas al enemigo.

A fin de facilitar el buen resultado de la empresa, fué autorizado Bolívar á tomar en los arsenales de Cartagena algunos cañones y cuanto al intento necesitare; pero el jefe que mandaba en aquella plaza se negó á ello, y entonces se vió en el caso de sitiar á sus mismos coreligionarios.

Así adquirí las evidentes noticias que expongo al Monarca, ó á quien hace su inmediata persona, diciendo: Pero sin embargo determinaron los indios sitiar la ciudad, robando cuanto ganado habia en los contornos de ella, y frecuentando sus asaltos, en los que siempre quedaron con la peor parte.

Finalmente, se resolvió en que no se entrase por las dichas galeras, las cuales, demás que fueron las que trujeron el armada del turco, estaban de manera que los turcos dellas no se acordaban de otra cosa sino de salvar sus personas á nado, y hubo muchos que entregaron su dinero á los cristianos que estaban á la cadena, como se ha sabido de hartos que han escapado y rescatado después acá, de los cuales se tomaba lengua, y tomada sitiábamos á Dragut en los Gelves y todas sus fuerzas, las cuales no podían salir en ninguna manera, ya que su persona saliera de noche en una barca, y se tomaban asimismo las dos galeras con más de 60 ó 70.000 escudos que tenía Dragut embarcados de la composición que había hecho en los Gelves aquellos días; y si quisiéramos saltar en tierra era de tener por muy cierta la victoria, por ser antes que nos faltase la mucha gente que se nos murió en el Seco del Palo, y porque la isla estaba mal con él, á lo menos la mitad della que se volviera en nuestro favor, y cuando quisiéramos pasar con aquella bonanza, que duró siete ú ocho días, le podíamos sitiar con tomalle la Cántara y las dos galeras y los más bajeles que hubiera por la costa alrededor de la isla, en un día, y dejar cuatro galeras de una parte y cuatro de otra, y irnos á Trípol y tomarlo sin muerte de un hombre, porque lo había dejado Dragut con solos 400 turcos poco más ó menos, viejos, cojos y mancos.

«Increíble parece que una armada poderosa de gente y vasos en un instante se arruinase de su temor más que de la fuerza vencida, con pérdida de tanta gente, municiones, máquinas, bajeles, aumentando á los enemigos el triunfo y la victoria tan sin sangre alcanzada, con infamia de los cristianos; porque si las naves y galeras esperaran en batalla, ó detuvieran el furor del enemigo, ó les costara la victoria tanto que no se atrevieran á sitiar el fuerte, y se salvara la guarnición.

Palabra del Dia

irrascible

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