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Actualizado: 22 de julio de 2025
Bastaba ver sus ojos fijos en él con un ardor de pasión, dilatándose cual si quisieran absorber su imagen; su boca de frescura insolente y esplendorosa escarlata estremeciéndose con un bostezo amoroso, sintiendo repentinos abrasamientos que hacían salir la lengua de su encierro para pasearse por los labios; sus dientes de devoradora que parecían temblar con el fulgor de un acero pronto a hundirse en la carne... No podía explicarse esta buena fortuna; pero era indiscutible que Nélida, abandonando a su tropa de adoradores, se aproximaba a él, que no había hecho esfuerzo alguno por atraerla.
Las actas de estas asambleas, en que el pueblo tomó por primera vez la actitud de un soberano, atestiguan su noble y juiciosa comportacion. ¡Cuan pocos monumentos de esta clase nos ofrece la história! Estos tránsitos repentinos de la servidumbre á la libertad están trazados con caractéres de sangre en los fastos de todas las naciones, sin excluir las mas ilustradas.
Y en una de estas entrevistas, donde las palabras se interrumpían con repentinos impulsos de pasión y las frases se cortaban con un salto de bestia en celo, ahogándose entre las bocas juntas y los pechos oprimidos por el abrazo, fue cuando Leonora manifestó su capricho. Me ahogo aquí dentro.
Cecilia era su paño de lágrimas, su confidente en todos los disgustos matrimoniales. Nunca dejaba de recibir de su boca algún útil consejo, algunas palabras consoladoras que calmaban sus fuertes y repentinos enojos.
Luego se instaló en París, por ser esta capital más de su gusto y poder encontrar en ella á numerosos compatriotas. La princesa Lubimoff trataba bien á esta parienta, pero su amistad sufría bruscas alteraciones, pasando por cariñosos entusiasmos y repentinos desvíos.
Fue en ese estado de sobreexcitación nerviosa, presa, ya de espantos repentinos, ya de un abatimiento irresistible, cómo me encontró Roberto cuando entró en el cuarto, a eso de media noche. Quiso recostarse un poco en su cama, para velar después el resto de la noche conmigo; pero los gritos de Marta lo habían arrancado bruscamente al descanso.
¿Y podéis dudarlo? Pero si no dudo... tengo... por el momento al menos... una certeza; puede haberos enamorado mi cuerpo, pero mi alma... ¡bah! cuando yo veía en una comedia de Lope unos amores repentinos, me decía siempre riéndome del autor: eso es escribir como querer, y nada más.
Cualquiera que sea el contorno del objeto flotante, aparece siempre modificado por la luz: la hoja, desarrollada en forma de corazón, ó prolongada como el acero de una lanza, toma sobre el fondo el aspecto de un disco ó de un óvalo; la paja ó el junco se refleja como hilera de pequeños círculos, parecido á un collar prolongado; el insecto de agua, patinador insumergible, que remonta la corriente por repentinos empujes, se representa sobre el lecho de arena ó de cieno por cinco circulitos, de los cuales uno, el más pequeño, lo determinan las dos patas anteriores, mientras que los otros cuatro, agrupados á pares, se aproximan ó separan según los movimientos del animal.
Este medicamento corresponde á la epilepsia puramente nerviosa, esencial, con palpitaciones musculares, gritos repentinos al principio, caida rápida, contorsiones, convulsiones que de las estremidades convergen hácia el tronco.
El sol ocultaba entre nubes pardas y espesas, detrás de la cortina de álamos, el último pedazo de su lumbre que se le había quedado atrás, como un trapillo de púrpura. La sombra y el frío fueron repentinos. Un coro estridente de ranas despidió al sol desde un charco del prado vecino. Parecía un himno de salvajes paganos a las tinieblas que se acercaban por oriente.
Palabra del Dia
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