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Actualizado: 16 de mayo de 2025


Les interesaba este juego extraordinario, como si fuese un deporte original; querían luchar contra la buena suerte de la banca, con una tenacidad británica, únicamente por el gusto de vencerla.

Tengo la gran figura, visto bien, y en modales y en trato me parece... que somos algo». En la casa no había más opinión que la suya; era el oráculo de la familia y les cautivaba a todos no sólo por lo mucho que le querían y mimaban, sino por el sortilegio de su imaginación, por aquella bendita labia suya y su manera de insinuarse.

Además, según el oficial, los vascongados eran unos poltrones que no se querían batir más que estando cerca de sus casas. Martín se estaba amoscando, y dijo al oficial: Yo no como serán los vascongados, pero lo que le puedo decir a usted es que lo que usted o cualquiera de estos señores haga, lo hago yo por debajo de la pierna. Y yo dijo Bautista, colocándose al lado de Martín.

Carmen era más vehemente en sus peticiones, no usando de los eufemismos del apoderado. Debía retirarse en seguida; debía «cortarse la coleta», como decían los de su oficio, yendo a pasar la vida tranquilamente en La Rinconada o en la casa de Sevilla con los de su familia, que eran los únicos que le querían de veras.

Pero por dentro era de acero trenzado, y dejándolo caer sobre mi hermoso tiro, nos pusimos en marcha. ¡Lo que tardamos en remontar esa cuesta á través de la muchedumbre! Los extranjeros me aclamaban. Se oía como un interminable abejorreo el crujido de las máquinas fotográficas. Todos querían llevarse la imagen del rey del mundo. Reconocí por sus caras tristes á los vecinos de la ciudad.

Pero habiendo enfermado de peste todos, se atemorizaron y dijeron que querían Padres en sus tierras, lo cual concedido, se volvieron á ellas. Por esta causa, el día 30 de Junio salió el P. Superior de aquellas Misiones Francisco Hervás con el P. Castañares á fundar Reducción entre ellos.

Antes de servirse el primer plato surgieron protestas. Se negaban algunos pasajeros a sentarse, mirando iracundos la bandera que cubría con intrusos colores el montón de platos de su cubierto. Querían la suya, la de su país.

Ella hablaba mientras tanto, desahogando el enfado que le causaban sus parroquianas. Sólo una pobre como ella podía sufrir tantas exigencias. Era costurera, y querían que trabajase como una modista famosa.

Muchas veces había pensado el cura en que su sobrino podría ser un buen marido para cualquiera de sus dos pupilas; pero, como no era un buen partido, calló el cura su pensamiento y propósito, y jamás hizo nada por realizarle. Paco, Beatriz e Inesita se querían como hermanos.

Los primeros meses de escuela mi madre me enviaba a la Iñure, a la salida, y aunque la buena vieja no era muy severa conmigo, tenía que marchar a su lado, mientras mis camaradas campaban solos por donde querían. Después de muchas súplicas y reclamaciones, conseguí libertad para ir y venir a la escuela sin rodrigón vigilante.

Palabra del Dia

bagani

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