Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de julio de 2025
Tú entiendes el río... más de una vez te he visto remar; yo no soy manco... ¿Vamos? Andando dijo el barbero con resolución. Buscaron una antorcha, y ayudados por varios mocetones, trajeron la barca de Rafael hasta una escalerilla de la ribera. El río mugía con sordo hervor en torno del bote, pugnando por arrebatarlo.
Oyendo lo cual el duque y la duquesa, y considerando lo que podía ser, con mucha presteza acudieron a su estancia, y, abriendo con llave maestra, vieron al pobre caballero pugnando con todas sus fuerzas por arrancar el gato de su rostro.
Habla, Felipe dijo Amaury, pugnando por contener la risa. Estoy arrepentido de mi culpa, tengo en cuenta el compromiso y aguardo la ocasión de expiar aquel pecado... involuntario. Bueno. Sabe, pues, que ha llegado el momento dijo Felipe con gravedad. Amaury: estoy enamorado. ¡Diablo! ¿Lo dices en serio? Sí; y esta vez no es un amor pasajero, sino una afección honda y duradera que llenará mi vida.
Desembocaban los automóviles en el muelle a toda velocidad, viniendo a detenerse frente al buque, al otro lado de la verja. Junto con los pasajeros subían al trasatlántico grandes ramos de flores, cestos de frutas tropicales, monos y loros que saltaban sobre los hombros de sus nuevos dueños pugnando por libertarse de las ataduras que los retenían.
Al instante comenzó á llorar hilo á hilo quejándose amarguísimamente de su hermana Pacha, que aquella noche la había castigado con inusitado rigor en su misma cama, sólo porque Regalado había ido á tocar la flauta delante de su casa. Unos azotitos, ¿verdad? preguntó D. Félix pugnando por no reir. No; azotes no respondió inocentemente la coja.
Los arrodillados compañeros le llamaban en vano, pugnando por entreabrir sus mandíbulas y obligarle á beber. Su boca repelía el líquido, para seguir repitiendo el doloroso rugido. Empezaron á llegar señoras de las salas de juego, atraídas por la noticia. Todas conocían á la duquesa; y la miraron con cierta hostilidad, después de contemplar al moribundo.
Sólo Sancho, en viendo al valiente animal, desamparó al rucio y dio a correr cuanto pudo, y, procurando subirse sobre una alta encina, no fue posible; antes, estando ya a la mitad dél, asido de una rama, pugnando subir a la cima, fue tan corto de ventura y tan desgraciado, que se desgajó la rama, y, al venir al suelo, se quedó en el aire, asido de un gancho de la encina, sin poder llegar al suelo.
El aspecto que ofrecía el teatro era animadísimo; estaba lleno de bote en bote, y en la entrada general, en los pasillos se veía mucha gente de pié, pugnando por sacar la cabeza ó meter un ojo entre un cuello y una oreja.
Una pobre mujer con una muñeca en la mano discutía con el vendedor, mientras su hija se agarraba a sus faldas pugnando por tocar el desnudo monigote, que tenía la cara ennegrecida y una de las piernas quemada. ¡Dámela... la quedo! lloriqueaba la pequeña con balbuceo infantil. Pero la madre dejó la muñeca en el suelo. ¡Si piden tres perros, hija!... Eso es sólo pa los ricos.
A uté no, que e mu feo: a esa señorita tan remonísima que yeva uté a la vera contestó el Serranito. Julita se echó a reír, ruborizada. En torno de la plaza, donde llegaron en seguida, se agitaba la multitud, pugnando por entrar; los coches que allí se juntaban producían disturbios y motines, que los guardias no eran suficientes a reprimir.
Palabra del Dia
Otros Mirando