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Actualizado: 7 de junio de 2025


Viendo Tirso que la madre atendía sus exhortaciones, no solamente insistió en ellas, sino que trató de conquistar el ánimo de Leocadia, siéndole necesario para ello aguzar la astucia, pues la diferencia de caracteres entre doña Manuela y su hija pedía táctica diversa. La primera cedió por bondad y mansedumbre: en ella era hábito plegarse a la voluntad ajena.

En la adversidad, es menester no habituar el alma á la dejadez; demasiada inclinación tiene á plegarse. La fatiga y el frío me hicieron volver como á las nueve.

Atenta á la dignidad de la Universidad, continuó el gordo sin hacer caso de la observacion. ¡Que atente! la Universidad tiene que plegarse á las necesidades de los estudiantes. Y á ser eso cierto ¿qué es Universidad entonces? ¿Es una institucion para que no se aprenda? ¿Se han reunido acaso unos cuantos hombres apellidando ciencia é instruccion para impedir que se instruyan los otros?

Al cabo de un momento los abrió, miró fijamente al P. Gil, dirigió después la vista a los óleos que tenía en la mano, y sus labios amoratados quisieron plegarse con una sonrisa. ¡Al fin me han untado ustedes! dijo con voz apenas perceptible. Han hecho bien... Pero esta máquina ya no anda, por mucho aceite que ustedes la echen...

Inclinado sobre la caja buscando tipos, ajustando palabras en el cajetín, o distribuyendo letras, su frente solía plegarse con un entrecejo serio de obrero ya machucho: entonces no hablaba y fija la atención en lo que hacía, sus ojos negros adquirían cierta expresión de gravedad cómica: en la calle, corriendo o jugando, con el pelo alborotado, tostada la tez, ladeada la gorrilla, descarado el mirar y rebosando malicia, traía a la memoria los chicos de las antiguas novelas picarescas.

La niña de los ojos negros, hija de un pobre menestral de la villa, la trataba con la autoridad de reina y señora, le exigía todos los juguetes de que era poseedora, la obligaba a plegarse a todos su caprichos, la humillaba siempre que quería, y frecuentemente la maltrataba de palabra y de obra, sin que por eso disminuyese poco ni mucho el cariño de su apasionada amiga.

Las lágrimas la habían acompañado hasta allí. Ahora huían, como repelidas por la inmensidad de un dolor incapaz de plegarse á las manifestaciones ordinarias. El padre quedó mirando con extrañeza la rústica tumba. Su hijo estaba allí, ¡allí para siempre!... ¡y no le vería más!

En las grandes tempestades el barco necesita achicarse, de alta encina quiere convertirse en humilde hierba, y como sus mástiles no pueden plegarse cual las ramas de un árbol, se ve en la dolorosa precisión de amputarlos, quedándose sin miembros por salvar la vida. La pérdida del buque era ya inevitable.

Pude gozar entonces de la belleza singular de aquella boca, de aquellos labios rosados que dejaron ver, al plegarse dulcemente, una dentadura irreprochable. Mi tía Pepa se entretenía con el chocolate, y yo me servía en una rebanada de pan la fresca e incitante mantequilla.

Palabra del Dia

rigoleto

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