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Actualizado: 18 de julio de 2025
Con el fin de explicar la verdad sencilla y llanamente, debo, en primer lugar, decir que yo, Gilberto Greenwood, era un hombre de escasos recursos, a quien una tía, ascética y de la iglesia bautista, pero poseedora de una pequeña fortuna, le había dejado una renta vitalicia; mientras mi amigo Reginaldo Seton, a quien conocía desde niño, cuando juntos habíamos estado en Charterhouse, era hijo de Jorge Seton, dueño de un negocio de encajes de la calle Cannon y concejal de la Municipalidad de Londres, el que murió dejando a Reginaldo de veinticinco años, con una pesada carga de deudas y un negocio anticuado y noble, pero que iba decayendo rápidamente.
Y tercer escollo: que, poseedora de la ciencia del mirar y de las otras ciencias que la del mirar presupone, no atines a disimular y velar esta sabiduría, y te acusen y zahieran de lagarta, de licurga, de desenvuelta y libre, y de harto sabida para soltera. Me parece, Beatriz, que para evitar esos escollos lo mejor es dejarse llevar del impulso.
Aun las pequeñas que ostentaban zapatos nuevos, debidos a la caridad de doña Jacinta, los habrían cambiado por aquella monstruosa y relumbrante piedra. La poseedora de ella, después que recorrió ambos corredores enseñándola, se pegó otra vez a la señorita, frotándose el lomo contra ella como los gatos.
Me han dado los medios para entrar, y sólo ellos me pueden hacer salir. Estoy por completo en su poder. ¿Qué harán de mí?... El terror le había sugerido en ciertos momentos desesperadas resoluciones. Quería denunciarse á sí misma, comparecer ante las autoridades francesas relatando su historia, haciendo saber los secretos de que era poseedora.
El golfo de Salerno era llamado golfo de Pestum por los romanos. Y esta ciudad de monumentos iguales á los de Atenas, poseedora de inmensas riquezas, se extinguía repentinamente sin que el mar se la tragase, sin que un volcán la cubriera con el sudario de sus cenizas. La fiebre, el miasma de los pantanos, había sido la lava mortal de esta Pompeya.
Todo lo he previsto, mi buena amiga... Es evidente que mi tía, que abriga sobre mí otros proyectos, se mostrará al principio muy irritada... Sin embargo, me parece que el cariño que me tiene no es grande, en tanto que es muchísimo su apego al nombre de familia, de que yo soy el único representante... Fundándome en esto, no desespero de traer a mi tía a la razón a fuerza de cariño y de buenos procederes... aunque no se me oculta que corro el riesgo de enajenarme su voluntad en el presente y quizás en el futuro... Faltaría a la verdad si no le confesase a usted que me sería doloroso renunciar a las esperanzas de mejor posición que por ese lado abrigo... pero aún es para mí más ingrato abandonar este proyecto de casamiento con su amiga de usted, en que fundo mi dicha... Todo lo que deseo es que la señorita de Sardonne acepte mis proposiciones dignándose concederme su mano, sin que entre en sus designios ser mañana la poseedora de una fortuna que puede muy bien escapársenos... ¿Puedo contar absolutamente con usted a fin de que le indique cuál puede ser nuestro porvenir si mi tía me deshereda?
Debe de ser decía para sí una mujer diabólica, hermosa, discreta, poseedora de infernales recursos, cuando ha logrado hechizar y embobar al Conde, que no es ningún chico inexperto ni ningún majadero. Con estas y otras parecidas reflexiones la Marquesa se atormentaba casi de continuo.
La importancia de la goma elástica, empleada en el continente europeo para la fabricacion de diversos artículos, como los corsees, las ligas y los tirantes ó suspensores, se aumenta de dia en dia, constituyendo el mas importante ramo del comercio y de la industria de los habitantes de Para, que van esclusivamente á dedicarse á su cultivo en grande, ¿qué impedimento hay para que la rica provincia de Caupolican no pueda hacer otro tanto, siendo tambien poseedora de este vegetal?
En la comparsa de las señoras había una chica poseedora de bien timbrada voz y de muchísimo donaire para las coplas propias de la ciudad, tan distintas de las rurales, que al paso que en éstas las vocales se alargan como un gemido, en las otras se pronuncian brevemente, produciendo al final de algunos versos una inflexión burlesca: En el medio de la mar Suspiraba una ballenaú Y entre suspiros deciaú Muchachas de Cartagenaú.
Su nombre de drama romántico cuadraba bien con lo original de su carácter y la independencia de sus costumbres. Muerta su madre y poseedora de una buena fortuna, se había casado en Madrid con cierto personaje mayor que ella en años, pero que ofrecía para una mujer ansiosa de brillo y novedades el aliciente de andar por el mundo como embajador, representando a España en las principales cortes.
Palabra del Dia
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