Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de julio de 2025
Sí, señor; la comitiva tomará el camino de la calleja de abajo y cuando lleguemos nosotros a la iglesia, ya estarán en el Vivero.... De modo.... De modo, que es mejor volvernos. ¡Ay, don Fermín, perdóneme usted este paseo... esta molestia!...
Perdóneme usted que la moleste, querida amiga dijo juzgando de una ojeada la situación, pero la culpa la tiene un sueño, un estúpido sueño... He soñado que se había usted torcido un pie o que le había pasado algo que le impedía atravesar la plaza... Sería un contratiempo lamentable, pero nadie está obligado a lo imposible... Debe usted de reírse de mi credulidad... Perdónemela usted... Si soy tan indiscreto es con buena intención... Voy ahora al castillo, y en el caso de que tuviera usted que darme alguna comisión... nadie duda de la palabra de un notario...
Entonces don Juan se puso muy serio, se aproximó a la cómica, como quien sacando fuerzas de flaqueza ha hecho propósito de osadía, y dijo con voz sabiamente turbada: Cristeta, perdóneme usted la torpeza; arrincónelo usted si no le sirve; pero mí regalo obedece a una idea que no puedo desechar.
Perdóneme usted este rasgo de orgullo póstumo. Hoy ya no lo siento, y porque no lo siento puedo decirle, amigo Aldama, que por encima de la gloria literaria, por encima de toda gloria humana, hay algo que los hombres deben respetar, y cuando no lo respetan dejan de ser hombres. Quede usted con Dios. ¿Hay Dios o no hay Dios? Si lo hay ¿dónde está?
Es espantoso cuando una se siente así poseída por esa maldad extraña... No fui yo, fue mi maldad la que le ha simulado indiferencia, la que ha buscado el amor de Castilla, la que le ha hecho sufrir. Perdóneme, Muñoz, a usted lo quise siempre y ya es tiempo de que nos comprendamos. Se lo exijo... se lo pido. Muñoz la miró con asombro.
«Estaba frente a mí, y su mirada era triste e incierta, no sabiendo sin duda cómo darme cuenta de su próxima partida. Fui en su auxilio, y tendiéndole la mano le dije: «Perdóneme usted, Carlos; perdone una culpable indiscreción de que me acuso. Quería, sin preguntárselo, saber su secreto; lo he escuchado.
¡Señor Máximo! exclamó precipitándose repentinamente para detenerme. ¡Perdóneme! ¡Tenga piedad de mí!... compréndame... ¡Soy tan desgraciada!... ¡Figúrese lo que puede ser el pensamiento de una pobre criatura como yo, á quien se ha tenido la crueldad de darle un corazón, un alma y una inteligencia... y que no puede usar de todo esto sino para sufrir... y para odiar! ¿Cuál es mi vida?... ¿Cuál es mi porvenir?... Mi vida es el sentimiento de mi pobreza, exaltado sin cesar por los refinamientos del lujo, que me rodea... ¡Mi porvenir será sentir, llorar amargamente algún día esta misma vida, esta vida de esclava por odiosa, que ella sea!... Habla usted de mi juventud, de mi ingenio, de mi talento... ¡Ah!
Juanita, después de los saludos de costumbre, dijo a don Paco, que pretendía que le abriese: Mi madre no ha vuelto aún. No sé cuándo volverá. Estando yo sola no me atrevo a abrir a usted la puerta y a dejarle entrar. La gente murmura ya contra nosotros, y murmurará mil veces más si yo tal cosa hiciera. Váyase usted, pues, y perdóneme que no le reciba.
Si es accion del prudente y del discreto hablar de Vénus bien, en esta parte, perdóneme lo noble del concepto. De estos fulleros con industria y arte se alimenta cruel y vengativa, y tus bienes carisimos reparte. Quien en sus manos da, quiere que viva á las leyes sujeto de fortuna. Dichoso tú que en brazos de la fama volaste hasta los rayos del Oriente, huyendo del incendio de esta llama.
Llegaron junto a una puertecilla, que la yedra medio obstruía y que la señora Liénard pudo abrir apenas. Le acompañó todavía algunos pasos fuera del parque y después tendió al inspector general la mano. No tiene más que seguir este camino... Hasta muy pronto... Y perdóneme que haya abusado de su paciencia.
Palabra del Dia
Otros Mirando