Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de junio de 2025


¿Pues no? ¿Os parece que una dama puede sufrir, sin desesperarse, insultos tan groseros? Confieso que tenéis razón y que en vuestro lugar... Vos en mi lugar, ¿qué haríais? Pediría consejo. Pues cabalmente yo no he hecho más que pedíroslo. ¡Ah! yo creía que sólo me habéis dado á conocer vuestras tentaciones. Pues de ese modo os he pedido que me aconsejéis. Meditó de nuevo profundamente la duquesa.

Además, ¿qué obstáculos representaban para los alemanes el derecho y otras ficciones inventadas por los pueblos débiles para sostenerse en su miseria?... Tenían la fuerza, y la fuerza crea leyes nuevas. Si resultaban vencedores, la Historia no les pediría cuentas por lo que hubiesen hecho.

¿A quién pediría socorro? «Deogracias» gritó llamando al portero. Felizmente, el portero estaba en la esquina de la calle de la Paz hablando con un conductor del coche-correo, y al punto oyó la voz de su señorita. En cuatro trancos se puso a su lado. «Deogracias... eso... que ahí suena... mira a ver...» dijo la señorita temblando y pálida.

Las chicas por el estilo de Rita siempre encuentran su media naranja en un forastero. Hacía un mes que don Manuel Pardo se preguntaba a mismo: «¿Cuándo se determinará el rapaz a pedirme a Rita?». Que se la pediría, no lo dudó un momento. La situación del marqués en aquella casa era tácitamente la del novio aceptado.

El dibujo de Goya, única prenda que no se arrepintió doña Andrea de haber vendido, porque le trajo un amigo, lo compró Juan Jerez; Juan Jerez que cuando murió en Madrid Manuelillo, y la madre extremada por los gastos en que la puso una enfermedad grave de su niña Leonor, se halló un día pensando con espanto en que era necesario venderlos, compró los libros a doña Andrea, mas no se los llevó consigo, sino que se los dejó a ella «porque él no tenía donde ponerlos, y cuando los necesitase, ya se los pediría». Muy ruin tiene que ser el mundo, y doña Andrea sabía de sobra que suele ser ruin, para que ese día no hubiese satisfecho su impulso de besar a Juan la mano.

Esta solución le parecía a ella la muerte de todos sus ensueños... Era preferible quedarse en aquella indecisión, ante aquella perspectiva muy vaga, muy brumosa, donde podría resplandecer de pronto la luz de su vida. El matrimonio con Muñoz la aterraba. Para evitarlo pediría ayuda a las Aliaga y a Julio...

Al fin se detuvo y se puso a jugar con las trenzas negras, azotando con ellas suavemente el rostro de la niña. En los ojos de ésta seguía luciendo el mismo fuego malicioso. Sintiose levemente turbado y trató de fijar los suyos en el mar; pero ella le dijo sonriendo: Si no te enfadases, te pediría otro aquí y señaló a sus labios rojos y húmedos. El rostro del joven marqués se tiñó de carmín.

Y fue que dijo al barbero que lo que había pensado era que él se vestiría en hábito de doncella andante, y que él procurase ponerse lo mejor que pudiese como escudero, y que así irían adonde don Quijote estaba, fingiendo ser ella una doncella afligida y menesterosa, y le pediría un don, el cual él no podría dejársele de otorgar, como valeroso caballero andante.

Don Acisclo, cauteloso y prudente, no bien había sabido que doña Luz trataba de casarse, aunque conocía con certeza el nacimiento, la posición y los bienes de D. Jaime, propuso a doña Luz que él pediría informes acerca de la conducta del novio.

Pero cuando estuviésemos casados, ya sería otra cosa; entonces todos los besos que se me antojaran, aunque sospechaba que no se los pediría con tanto ardor como ahora. Estábamos próximos ya á su casa. Los carruajes de la gente que volvía de las tertulias, al cruzar á nuestro lado, apagaban la voz de Teresa y le obligaban á esforzarla un poco.

Palabra del Dia

cabalgaría

Otros Mirando