Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de julio de 2025
3 Y él le dijo: Ve, y pide para ti vasos prestados de todos tus vecinos, vasos vacíos, no pocos. Entonces cesó el aceite. 10 Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere a nuestra casa, se recoja en ella. 11 Y aconteció que un día él vino por allí, y se recogió en aquella cámara, y durmió en ella.
Se descendía desde el portal por unos escalones de piedra. Las paredes, encaladas, con caprichosos arabescos verdinosos, de la humedad.
Me sentí extremadamente gordo; tenía en la boca sabor de oro y una sequedad de polvo de oro en la piel de las manos; las paredes de las casas parecían brillar como largas láminas de oro, y dentro de mi cerebro rodaba un mar de ondas de oro. Abandonado a la oscilación de los muelles, rebotando como un ordre mal seguro, dejaba caer sobre la calle la mirada torva de mis ojos llenos de amargura.
Un rumor triste, fatídico, que escuchó detrás de las paredes de su cuarto, le hizo levantar la cabeza y clavar los ojos atónitos en el vacío. Sí; no cabía duda; se la llevaban, se la llevaban. Don Mariano se arrojó de bruces sobre el sofá y hundió el rostro en los almohadones para reprimir los gritos. ¡Esposa mía! ¡Esposa de mi alma!... Te llevan..., te llevan para siempre... ¡Ay, qué horror!...
En el piso principal salvaron un ancho corredor abierto, con el pavimento de madera, tan deteriorado que era preciso ir con cuidado para no meter el pie por algún agujero. Por todas partes se observaba un abandono extraño; las paredes sucias, descascarilladas, el suelo con un dedo de polvo, los techos agrietados: no parecía una casa habitada, sino una antigua abadía solitaria.
¿A esto llama usted choza, y están las paredes llenas de santos? Vaya, vaya, usted me perdonará el atrevimiento; pero yo necesitaba hablar con usted, y pensé que almorzando se entienden las gentes. Tantas gracias. Se sientan cerca de la chimenea, cuyas llamas se reflejan en los vidrios de los cuadros, y comienza el festín.
Aquel castillo lo había comprado el capitán por muy poco dinero, y no tenía intención de arreglarlo. Allí todo era viejo y arruinado: las paredes estaban carcomidas por debajo de las hiedras negruzcas; había una capilla vieja en el mayor abandono, unas salas viejas y desmanteladas, una biblioteca vieja llena de libros húmedos y tres o cuatro criados tan viejos y arruinados como toda la casa.
Razón tiene la mística doctora Santa Teresa cuando pondera los grandes trabajos de las almas tímidas que se dejan turbar por la tentación: pero es mil veces más trabajoso el desengaño para quienes han sido, como yo, confiados y soberbios. Templos del Espíritu Santo son nuestros cuerpos, mas si se arrima fuego a sus paredes, aunque no ardan, se tiznan.
Por ASA SMITH. Traducido del inglés y adaptado al uso de las Escuelas de la América del Sur, las Antillas y Méjico, con Adiciones, por TEMÍSTOCLES PAREDES. La nueva edición está adornada con más de 100 grabados, 18 mapas y un cuadro cromo-litográfico de las banderas de todas las Naciones. La obra ha sido enteramente refundida y arreglada por varios profesores.
A medida que caían las paredes de su calabozo, se iba descubriendo parte por parte la triste figura del hijo de Irlanda. Todos los water-proof habían fato fiasco. Sus brazos y sus cabellos, y las alas del sombrero, pendían tiesos y perpendiculares hacia la tierra. Parecía un navío empavesado en calma chicha.
Palabra del Dia
Otros Mirando