United States or United States Minor Outlying Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entonces, no pudiendo soportar el soplo glacial del paisaje desierto que le traspasaba el pecho y le secaba los ojos, cerraba la ventanilla y tornaba nuevamente a su rincón y a sus lágrimas. Dentro del carruaje había otras cuatro personas: una señora anciana y un joven de veinte a veinticinco años, una muchacha de dieciocho a veinte y una niña de cinco o seis que parecían sus hijos.

«Chiquilla, ¿me das la mano del almirez? Esta bota tiene un clavo tremendo, pero tremendo, que me ha dejado cojo». Papitos cogió la mano del almirez, haciendo el ademán de machacar al señorito la cabeza. «Vamos, niña, estate quieta. Mira que le cuento todo a la tía. Me encargó que tuviera cuidado contigo, y que si te movías de la cocina, te diera dos coscorrones».

Su madre, muy emperifollada, de capota rosa y abrigo de terciopelo, acababa de salir con Angelita, después de decir aquello sobre la música, que hizo sonreir a Susana... Sonaron dos golpecitos en la puerta del vestíbulo... La niña, ocupada, en el estudio de una cadencia, no oyó... La puerta se abrió y entró Agapo. ¡Chist! hizo, no te asustes, Nanita, que soy yo.

Todos los esfuerzos que hizo para asegurar la felicidad de vosotros dos, no eran más que la lucha de su naturaleza honrada y pura contra el deseo que había crecido en su corazón, a partir del día en que, niña aún, te volvió a ver. Pero ella no lo sabía.

Al poner Paz el pie en el estribo se volvió de pronto para fijarse en el traje de una señora que pasaba, y notó que, a pocos pasos de ella, iba un hombre; Pepe. La niña vaciló un instante: su primer impulso fue llamarle, pero sintió en el rostro una oleada de calor y, avergonzada de su propia idea, tomó asiento junto a la vieja.

Pero su digestión de esquimal harto no le permitía indignarse, y escuchó con expresión amable a su hermana, que, inclinada sobre él, apoyándose en su misma butaca, le hablaba mimosamente, como si fuese una niña. Hay que seguir las costumbres, Juan; si no, los criados, en vez de respetarla a una, se encargan de desacreditarla.

A la hora de los postres y del café, habiéndose retirado Nucha, que por el ansia de su niña se recogía temprano, subieron de la cocina Primitivo y el ratón, y los futuros compañeros de glorias y fatigas comenzaron a fraternizar fumando y trincando a competencia.

Nadie sabía, ni se supo jamás á ciencia cierta, si la niña duende había descendido á una tumba prematura, ó si su naturaleza tumultuosa y exuberante se había calmado y suavizado, haciéndola capaz de experimentar la apacible felicidad propia de una mujer.

Hundida en su asiento, la niña de Luzmela posaba una mirada átona y errante sobre la tristeza helada del salón enorme, y oyó vagamente alzarse en el silencio sepulcral de la casa un tarareo gangoso seguido de una escala vocal rota y aceda. Carmen pensó: doña Rebeca canta y corre y se ríe.... ¡Lo mismo que el padrino!... Y cerró los ojos, cansados de mirar realidades y visiones de tragedia....

BALBINA. El niño chiquitín. EVARISTA. ¡Pero, hija...! PANTOJA. ¡Niña, niña! BALBINA. Estaba en su casa dormidito. Entraron de puntillas la señorita y esa loca de Patros... cargaron con él, y acá nos le han traído. EVARISTA. Es absurdo. Además, poco decente. Tía, ¡le quiero tanto...! ¡y él a ! MARQU