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Actualizado: 19 de junio de 2025
El exordio fue breve, y luego, sin cuidarse mucho de reglas ni preceptos, entró de lleno a narrar, para comentarlo, el episodio en que Cristo dijo: Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Su lenguaje era siempre llano: cuando quería elevarse le faltaban palabras, y al buscar naturalidad, caía en lo vulgar y tosco.
Serían las diez y media de aquella misma mañana, es decir, una hora después de los sucesos que acabamos de narrar cuando Amaury se apeaba de su caballo a la puerta del doctor Avrigny, en el mismo instante en que también se detenía ante ella ti coche de Antoñita.
Pensando en los medios de unirme pronto a Gloria, antes del suceso que acabo de narrar se me había ocurrido una transacción con el maldito enano. Como yo tenía la certidumbre de que éste era el único causante de nuestros males y sospechaba que la razón de oponerse a nuestro casamiento y el empeño de hacer monja a Gloria estribaban en el interés, imaginé que podíamos llegar a un acuerdo.
Yo puedo enseñarle, gentleman, como unos cincuenta mil libros escritos para glorificar á Eulame y narrar sus hazañas. Sin embargo, su herencia no pudo resultar más fatal. Este fabricante de guerras hizo lo necesario antes de desaparecer para que nuestro mundo se viese condenado eternamente á la guerra.
Dentro de la epopeya más tenida por epopeya, hay a veces mucho lirismo. La existencia de uno y otro género es evidente; pero no aquieta al espíritu el poner por fundamento de la distinción algo de tan externo como el narrar o el no narrar. ¿Qué poesía no narra? ¿En qué obra escrita no se cuenta algo, a no imaginarla compuesta de ayes, suspiros e interjecciones?
Algún tiempo antes de los sucesos que acabamos de narrar, los amores de Ricardo y María, que se habían ido desvaneciendo gradualmente como las notas de una hermosa melodía, hasta el punto de no saber el mismo Ricardo si realmente existían o se habían extinguido por completo, si aun era el amante de la primogénita de Elorza, o si no tenía sobre su corazón otros derechos que los que se conceden a un antiguo y estimado amigo; estos amores, decimos, habían cobrado, sin que nadie supiese a qué atribuirlo, repentina e inesperada vida, como si a una luz próxima a morir por falta de aceite, le echasen alguna buena cantidad de ese combustible.
La primera dimensión que encuentro consignada, es la del buen obispo Piedrahita, que, después de narrar la leyenda del Bochica, que ya he transcripto, según Humboldt, agrega con aquel acento de sinceridad que hace inimitable a nuestro Barco de Centenera, el M. Prud'homme de la Conquista: «...El Salto de Tequendama, tan celebrado por una de las maravillas del mundo, que lo hace el río Funza cayendo de la canal que se forma entre dos peñascos de más de media legua de alto, hasta lo profundo de otras peñas que lo reciben con tan violento curso, que el ruido del golpe se oye a siete leguas de distancia» .
Si es algo larga, cúlpese a la marcha lenta en la montaña que da tiempo para narrar.
Pronto notó Ojeda una transformación en el carácter de Teri. Perdía por momentos su alegre inconsciencia de pájaro loco. Era más grave en sus palabras; mostraba una mesura conservadora en sus juicios sobre el amor. Ella, que al principio le incitaba a narrar las aventuras de su pasado, riendo gozosa cuanto más incontables eran, palidecía ahora con un gesto de protesta.
Hay presentimientos gritó la del Banco, que se disponía a narrar tres o cuatro adivinaciones suyas. Pero este tuvo la culpa.... Frígilis encogió los hombros y tomó el pulso a la enferma, que le apretó la mano, perdonándoselo todo. La verdad era que don Víctor había querido volver temprano... para no perder el teatro. Pero esto no se podía decir.
Palabra del Dia
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