United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ana recordaba perfectamente cómo se llamaba aquel «tipo de ministro», pero no quiso decirlo; sintió que palidecía, por un frío de muerte que le subió al rostro; dio media vuelta, y disimulando cuanto pudo, se recostó en un árbol. Fingió entretenerse en rayar la corteza del tronco, y mudando de conversación, preguntó a Visita por un niño que tenía enfermo.

Procuraba mostrarse impasible, pero su rostro, tan pronto palidecía con la transparencia de la cera, como se arrebolaba con una oleada de sangre. El señor Fermín bajó la cuesta de la viña, yendo al encuentro de unos arrieros que pasaban por la carretera. Su aguda vista de campesino les reconocía desde lo alto.

Esta palidecía y agrandaba sus ojos con grato terror, comenzando a encontrar interesante al bandolero. ¿Si habría venido al cortijo sólo por ella?... ¿Si se propondría robarla, llevándosela a sus escondrijos del monte, con la rapacidad hambrienta de un pájaro de presa que vuelve del llano a su nido de las alturas?...

El pobre Juan al lado de ella se mostraba como avergonzado. Huía de su presencia, no atreviéndose a mirarla. Si sus manos se rozaban, al levantar juntos las almohadas del señor Aubry, él palidecía de angustia, y, en el silencio de la alcoba, María Teresa sentía los latidos precipitados de aquel corazón sobre el cual, una noche, se había apoyado cariñosamente.

Y el prelado palidecía, abandonando su asiento con gesto doloroso, como si sus entrañas se conmoviesen con intensas punzadas. No haga usted caso dijo la jardinera . Usted está por encima de todos; usted los vencerá. Claro que los venceré; ¡pues no faltaba más! Sería la primera vez que quedase debajo. Estas triquiñuelas de comadres me molestan poco.

Los vapores del lago, aspirados por el crepúsculo, suspendidos de sus rayos, se balanceaban sobre las aguas como un ligero crespón teñido de rosa, se levantaban poco a poco desde los pies del viajero hasta las más elevadas cimas y desplegaban ante él, sobre el horizonte, un telón inflamado que esparcía sobre todos los objetos el prestigio de su luz; después, más densas y más oscuras ya, nimbaban, en fin, aquel magnífico espectáculo en un dosel de púrpura y de oro cuyo esplendor únicamente palidecía ante los astros de la noche.

Pudiera ser también, y sin duda lo era aunque se lo ocultaba á propia, y palidecía cuando luchaba por salir de su corazón como una serpiente de su agujero, pudiera ser también que otro sentimiento la hiciera permanecer en el lugar que tan funesto le había sido.

Al dar el primer paso en el camino de Trembles tuve como un recrudecimiento de recuerdos que hizo más acerbo aquel dolor, pero menos tirante. Hacía mucho frío. La tierra estaba dura, la noche casi había cerrado, de modo que la línea de las costas y el mar formaban un solo horizonte compacto y casi negro. Un postrer residuo de luz rojiza se extinguía poco a poco y palidecía de minuto en minuto.

A la tarde, Ben Zayb, con los bolsillos llenos de revólvers y cartuchos, fué á visitar á don Custodio, que encontró trabajando de firme en un proyecto contra alhajeros americanos. Murmuró al oido del periodista, en voz quedísima y entre las dos palmas de la mano, palabras misteriosas. ¿De véras? preguntó Ben Zayb llevándose las manos á los bolsillos, mientras palidecía visiblemente.

¡Nakú! decía; sacos de pólvora, sacos de pólvora debajo del suelo, en el techo, debajo de la mesa, dentro de los asientos, ¡en todas partes! ¡Fortuna que ninguno de los trabajadores fumaba! Y ¿quién ha puesto esos sacos de pólvora? preguntaba Capitana Loleng, que era valiente y no palidecía como el enamorado Momoy. Momoy había asistido á la boda y se comprende su póstuma emocion.