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Actualizado: 26 de octubre de 2025
Al final sólo nos daban una por día, y cuando llegué a Cádiz hube de estar sometido muchos a caldo, para que mi estómago se arreglase. Al terminar el almuerzo, Catalina y Jaime salieron al jardín. El mismo don Benito, con aires de patriarca, bondadoso, ordenó a su hija que acompañase al señor de Febrer para mostrarle unos rosales de exótica variedad que él había plantado.
1 Y salido Jesús, se iba del Templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del Templo. 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruida. 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
El rio, como si quisiese cerrarle el paso á la invasion del mundo comercial hácia el corazon de la Europa, se divide, abajo de Basilea, en innumerables brazos, casi todos de muy difícil navegacion, que se juntan, se bifurcan y entrecruzan, formando un inmenso laberinto de islotes, unos desiertos y apénas medio asomando como playas, otros mas determinados y cubiertos de gramíneas, otros pantanosos y dislocados, y otros en fin revestidos de caprichosos bosquecillos de sauces que inclinan su pálido y triste follaje sobre las ondas lentas y vagarosas del rio, salpicadas de estacadas que indican los altos y bajos del lecho para mostrarle al navegante la vía que debe seguir.
Mi padre no está más adelantado ni ha salido mejor librado, según dicen, que los demás pretendientes; pero Pepita, para cumplir el refrán de que no quita lo cortés a lo valiente, se esmera en mostrarle la amistad más franca, afectuosa y desinteresada.
Para mostrarle lo que guardaba la población digno de verse, le llevaban materialmente escoltado. Después vinieron las jiras a los caseríos y parroquias de las cercanías, a las casas de campo de los amigos de Belinchón, los banquetes opíparos, las excursiones de pesca y las cacerías. Realmente la vida era grata en Sarrió por el verano.
La señorita Guichard empacaba á pensar seriamente que Mauricio estaba resuelto y no volvería y esto la agradaba en extremo, porque era la separación y el divorcio asegurados. Le pareció que seria buena política redoblar su cariño por la joven y mostrarle alguna confianza. Sin aflojar la vigilancia exterior, dejó á la joven algo más libre en el parque.
Volvimos á ganar á través del enmarañado soto, el sendero trazado en el bosque y descendimos hacia el río. Antes de marcharme dijo la joven quiero mostrarle la catarata, tanto más, cuanto que á mi turno pienso proporcionarme una pequeña diversión. ¡Ven, Mervyn! ¡Ven, noble perro mío! ¡Qué bello eres, eh! Muy luego nos hallamos en el ribazo frente á los arrecifes, que bordean el lecho del río.
De pronto, al hincar su mordedura en la parte más gruesa, hizo un gesto espantoso y arrojó la fruta al corredor, sacudiendo los brazos y exclamando: ¡Vade retro, vade retro! El Enemigo acababa de mostrarle en aquella poma ceñida y abultada las formas de la mujer.
Este prurito de ajustarle los galicismos al Faro, fué una de las manías que tuvo El Joven Sarriense o sea el colega local, como le llamaba siempre aquél, a fin de evitar el nombrarlo, por no dañar al profundo desprecio que ansiaba mostrarle.
Si Rosalía no hubiera ido a verla con el objeto que sabemos; si su afán de proporcionarse dinero no fuera tal que la obligaba a pasar por todo, seguramente habría rechazado las finezas con que aquella mujer, tan inferior a ella por todos conceptos, quería subir hasta su elevada esfera; pero no quiso mostrarle esquivez en el momento de pedir un favor... ¡Y qué favor tan denigrante!
Palabra del Dia
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