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Actualizado: 1 de noviembre de 2025


Distinción por cierto sumamente importante para nosotros, pobres mortales, que somos los que hemos de morir. Convengamos, pues, en que el periódico es el grande archivo de los conocimientos humanos, y que si hay algún medio en este siglo de ser ignorante, es no leer un periódico.

Socorredme, exclamó la dama á Zadig entre sollozos, y sacadme de poder del mas inhumano de los mortales; libradme la vida. Oyendo estas voces, fué Zadig á interponerse entre ella y este cruel.

El firmamento mostraba sus purísimos senos sonriendo a todos los deseos de dicha, a todas las aspiraciones placenteras de los mortales, hasta a las de la hermosa virgen que iba por su voluntad a perderlo de vista y a hundirse para siempre entre las sombras del claustro.

Con una mano tomaba las cartas y con otra rechazaba la tarjeta que el español le presentaba. Vuestro nombre está grabado aquí dijo el alemán poniendo la mano en el corazón . ¡Ah! No lo olvidaré en mi vida. Es el del corazón más noble, el del alma más elevada y generosa, el del mejor de los mortales. Con ese sobrescrito repuso don Carlos sonriendo , vuestras cartas podrían no llegar a mis manos.

706 Sin poder decir palabra sufre en silencio sus males, y uno en condiciones tales, se convierte en animal, privao del don principal que Dios hizo a los mortales. 707 Yo no alcanzo a comprender por que motivo será que el preso privado está de los dones más preciosos que el justo Dios bondadoso otorgó a la humanidá.

La barbara nacion que se juntaba, No pudiera escaparse de su mano. Si el bravo y crudo Marte se hallára Con tal gente de guerra, tan ufano Y altivo se sintiera, que en la tierra A todos los mortales diera guerra. La trompa y atambor les ayudaba, Los caballos calor iban tomando: Contento grande, cierto, que causaba Aquesta gente allí escaramuzando.

Murió el 25 de mayo de 1681 . Sus restos mortales fueron sepultados en la capilla de San Salvador. La extrema admiración, que excitó en sus coetáneos, le acompañó hasta su muerte, y así aparece de las palabras, que copiamos á continuación, con que Vera Tassis termina el elogio de su amigo, y que, á pesar de su hojarasca, revelan un sentimiento profundo.

Se encontró de pronto don Marcelo en medio de estos choques mortales, saltando como un niño, agitando las manos, profiriendo gritos. Luego volvió á despertar, teniendo entre sus brazos la cabeza polvorienta de un oficial joven que le miraba con asombro. Tal vez le creía un loco al recibir sus besos, al escuchar sus palabras incoherentes, al recibir en sus mejillas una lluvia de lágrimas.

Villa, observando mi tristeza, me preguntó el motivo, pero no quise manifestárselo, porque lo hizo sonriendo. A me parecía aquello el negocio más serio de la tierra. Al fin, a los cuatro días mortales apareció Paca. ¿Trae usted carta? le pregunté temblando de anhelo. ¿Qué me da su mersé por eya? respondió la pícara mirándome con semblante risueño.

Pasando mas adelante, nos dice haber visto pueblos bien edificados, y templos donde se adoraban ídolos vestidos de plumas. El Padre Juan de Espejo salió de la mision de San José en 1694 para ir á visitar las naciones de los Correcomeros y Chucupupeonos, enemigos mortales de los Moxos, y logró con dádivas ser bien recibido.

Palabra del Dia

vengado

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