Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de noviembre de 2025
Y en su respeto había algo de envidia: la envidia que surge de una conciencia insegura. Cuando don Marcelo pasaba malas noches, sufriendo pesadillas, un motivo de terror, siempre el mismo, atormentaba su imaginación. Rara vez soñaba en peligros mortales para él ó los suyos.
Ya habían concluido entre los dos los temas de aquel colorido fantástico: se habían bajado a la tierra de los mortales; y era de admirar el relieve y la vida que había adquirido la belleza de Luz con este cambio de residencia y de clima. Hasta se sonreía cuando Ángel evocaba aquellas imágenes idílicas para compararlas con las realidades presentes.
Procura no pasar por las iglesias donde está la imagen de San Pedro: el santo no es muy aficionado a gallos, y mucho menos a su canto. Huye también de ciertos hombres que hay en el mundo, llamados cocineros, los cuales son enemigos mortales nuestros y nos tuercen el cuello en un santiamén. Y ahora, hijo mío, Dios te guíe y San Rafael Bendito, que es abogado de los caminantes.
La señora sentía deseos de salir á las horas más extraordinarias: cuando acababa de llegar de un baile, muchas veces después de haberse acostado, ó en las primeras horas de la mañana, que eran para ella lo que son las horas de profundo sueño para los demás mortales. En otras temporadas, los chófers se relevaban durante semanas enteras sin franquear la verja del palacete.
Veía además el apresuramiento de las mujeres, sus ojos de inquietud cuando se encontraban con el médico en un lugar solitario de la costa. Solamente la presencia del sobrino les hacía recobrar la tranquilidad y contener su paso. El mar le enloquecía de vez en cuando con una ráfaga de furor amoroso. Era Poseidón surgiendo inesperadamente en las riberas para voltear diosas y mortales.
Al volver Amaury a casa, se conceptuaba el más dichoso de los mortales. Había pasado un día de felicidad completa, de esos que hacen época en la existencia de un hombre; uno de esos días que no son oscurecidos por la más ligera nube, y en que todos los accidentes de la vida ordinaria confúndense de un modo armónico lo mismo que los detalles de un magnífico paisaje se confunden con el cielo.
Era una función que les llenaba de orgullo, elevándolos sobre los demás mortales, esta de permanecer tranquilamente sentados a la puerta de la sociedad tomando el fresco y saber de una manera cierta, sin exageraciones interesadas, lo que había ocurrido aquella tarde en la Plaza de Toros de Bilbao, en la de la Coruña, la de Barcelona o la de Valencia, las orejas que había alcanzado un matador, las silbas que se había llevado otro, mientras sus conciudadanos vivían en la más triste de las ignorancias y paseaban por las calles teniendo que aguardar la noche con la salida de los periódicos.
Si se adopta para hacer efecto y darse charol, no tiene perdón de Dios. ¿Por qué en odas, en elegías, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes de filosofía, hemos de angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos?
Para nosotros, oh, infelices, que hemos hecho un telegrama a Lisboa, pidiéndola, a fin de proporcionarnos dos placeres inefables; primero, evitar ir con todos ustedes, sus baúles enormes, sus loros, sus pipas, etc., y segundo, para pisar tierra veinte horas antes que el común de los mortales.
Por dinero baila el perro. Cobra y no pagues, que somos mortales. Dádivas ablandan peñas. Ten dinero, tuyo o ajeno. Quien tiene dineros, pinta panderos. Y así pudiera yo seguir citando hasta llenar un pliego de impresión.
Palabra del Dia
Otros Mirando