United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


No sabíamos qué hacer: si echar a andar o esperar a que llegara la mañana. Por gusto, hubiéramos comenzado a marchar inmediatamente, pero nos retenía la esperanza de encontrar el bote visto el día anterior por Allen. Decidimos, por último, quedarnos, y estuvimos en aquel mismo sitio esperando a que se hiciera de día.

Si las cosas fuesen así, la moda dejaría ya de ser moda. El recto camino, el arte infalible para escribir novelas estaría hallado, y por nada del mundo deberíamos apartarnos de él, para no extraviarnos o quedarnos a la zaga.

Así quisiera yo arreglarte uno... y ¡quién sabe! Mira, tengo la esperanza de que ese señor, por lo que me ha contado, en cuanto pueda rompe con la dama, la deja plantada y... yo veré cómo me las ingenio, pero malo será que no discurramos modo de quedarnos con alfombras, espejos, muebles: en fin, todo. ¿Y para quién será, rica del alma? Eso es vender la piel del lobo antes de haberlo matao.

¿Y si no fueran ellos? dijo Van-Horn . No cometamos imprudencias, señor Cornelio, sin estar seguros de que sean nuestros compañeros. Es verdad; pero no debemos quedarnos aquí. No; y avanzaremos; pero con precaución. ¡Silencio y avante! La llama seguía brillando y era cada vez más fuerte, esparciendo un vivo resplandor a través de los árboles de la selva.

Si se adopta para hacer efecto y darse charol, no tiene perdón de Dios. ¿Por qué en odas, en elegías, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes de filosofía, hemos de angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos?

Pero en lugar de quedarnos en el ancho salón donde el pueblo se reunió entonces, y que á la vez sirve de escuela pública de primeras letras, vamos á subir por una angosta escalerilla abierta en un ángulo de la pared opuesta á la puerta principal.

¡Siempre tu misma manía! Con esas ideas extrañas añadió Carmen todas debemos hacer lo posible para quedarnos solteras. El amor, para nosotras, sólo puede venir como una desgracia, replicó Zoraida. Y la voz le temblaba. Un día Adriana preguntó por Julio. ¡Está aquí! exclamó Carmen. Lo dejamos arriba, con abuelita, cuando llegaste.

No podemos quedarnos en este rincón aislado murmuró María Teresa levantándose, entremos en el salón. Luego, volviendo hacia Huberto su cara sonriente: Para que tenga usted paciencia, le concedo este vals. Pero Huberto continuaba: Usted no se librará de mi demanda importuna con el don de un vals. No la dejaré esta noche sin haber obtenido una respuesta cierta.

Créeme, Juanita: prestándote los ocho mil reales nos exponemos a quedarnos sin ellos, y además a perder otro veinticinco por ciento, o sea, otros dos mil reales, que hubiéramos ganado dando a los ocho mil más lucrativo empleo; pero, en fin, ¿qué se ha de hacer? Mi señor esposo pierde la chaveta cuando ve un palmito como el tuyo.

17 Mas nosotros, hermanos, privados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro. 18 Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo a la verdad, una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. 1 Por lo cual, no pudiendo esperar más, acordamos quedarnos solos en Atenas,