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La colección más completa de Autos sacramentales de D. Pedro Calderón de la Barca, que publicó en Madrid Apontes en el año de 1760, sólo contiene 72 títulos. De las 200 loas, de que habla Vera Tassis, sólo se ha conservado hasta nosotros un número muy insignificante.

Todas sus obras se imprimieron por Vera Tassis, á quien ya mencionamos como editor de las de Calderón, en dos volúmenes , conteniendo el segundo las comedias. Salazar es tildado ordinariamente de imitador de Góngora.

La Margarita preciosa. El mejor amigo el muerto, y El privilegio de las mujeres. Las dos ediciones generales de las comedias de Calderón, de las cuales se publicó la primera por los cuidados de Vera Tassis, poco después de la muerte del poeta, en el año de 1684, y la segunda por Apontes, en 1750, contienen sólo 108 de las piezas antes citadas.

Vera Tassis asegura ser también suyas algunas otras y muy particularmente La Virgen de Madrid. El condenado de amor. El sacrificio de Efigenia, y Los desagravios de María. Con arreglo, pues, á estos datos, el número total de las comedias de Calderón que, en virtud de sólidas razones, han de considerarse verdaderamente suyas, asciende á 121.

Varias poesías divinas y humanas, que escribió D. Agustín de Salazar y Torres, y saca á luz D. Juan de Vera Tassis y Villarroel, su mayo amigo. Primera parte: Madrid, 1694. Loas y comedias diferentes que escribió D. Agustín de Salazar y Torres. Segunda parte: en el mismo lugar y año.

No hay cosa como callar, escrita hacia 1638, por hacerse frecuente mención del sitio de Fuenterrabía por los españoles, que ocurrió en el año 1638. Certamen de amor y celos, hoy ya perdida, según parece, y escrita por Calderón, por testimonio de Vera Tassis, en el año de 1640 por orden del Rey.

Así pudo Calderón entregarse tranquilo á la composición de sus obras poéticas. Por espacio de treinta y siete años escribió los autos sacramentales para la festividad del Corpus en Madrid, y largo tiempo también los autos para Toledo, Sevilla y Granada, hasta que, como Vera Tassis dice, cesaron esas solemnidades en las ciudades mencionadas.

¿Escuchó el Rey las súplicas? Si pudiera en algo darse crédito al mismo Pérez, Enrique tomó con grandísimo empeño su causa: los plenipotenciarios de Francia presentaron en Vervins la propuesta, respondiendo los de España, Richardot y Tassis, que Antonio Pérez no era emigrado político como el Duque de Aumale, sino fugitivo sentenciado por la Inquisición .

Su talento poético debió manifestarse muy pronto, puesto que cuando tenía poco más de trece años escribió ya su primera comedia, titulada El carro del Cielo, asegurando Vera Tassis, que, antes de cumplir los diez y nueve años, había hecho época con sus comedias en el teatro español.

Las luchas de los rivales y otras diversas aventuras del caballero Febo y del príncipe Rosicler, enlazadas con la acción principal, llenan esta comedia, que termina con un gran torneo que decide la contienda, y con las bodas de Rosicler y de Lindabridis. Hado y divisa de Leonido y Marfisa .Calderón Vera Tassis asegura que ésta es la última obra de Calderón, escrita á los ochenta y un años.