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Actualizado: 15 de junio de 2025
A Demetria le dan más, por ser arrecomendada de ese que celebra la primera misa, el D. Rodriguito de las medias moradas, que dicen es secretario del Papa. Le darán toda la carne, y a nosotras los huesos. ¡A ver!... Siempre lo mismo. No hay como andar con dos o tres criaturas a cuestas para sacar tajada.
Si penetramos en cualquiera de los aposentos de aquellas espléndidas moradas, observaremos á la primera ojeada la estrecha unión del viejo con el nuevo estilo; pues, si en unos cautivan la vista las yeserías y azulejos moriscos ó de tradición gótica y los techos de alfarje ricamente pintados y dorados, en otros, todos estos pormenores pertenecen al gusto italiano, observándose, frecuentemente, en las obras de carpintería, como techos y puertas, que las trazas son moriscas y los ornatos platerescos ó viceversa . Los carpinteros de lo blanco eran entonces tan hábiles para combinar el más complicado alfarje de 16 ó 18 lazos, como la más suntuosa techumbre de casetones cuadrados, exagonales, ú octógonos, realzados de riquísimas molduras y valientes florones, cuando nó con bustos y hasta cuerpos enteros de damas ó de varones, ya en alto relieve, ya exentos por completo, ó bien con escudos encerrados en elegantes láureas ó tarjas.
8 Y alabó el señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más prudentes que los hijos de luz. 9 Y yo os digo: Haceos amigos con las riquezas de maldad, para que cuando éstas falten, seáis recibidos en las moradas eternas.
Consideran á los innumerables seres de una misma especie, hierbas, insectos ó mamíferos, como á un individuo inmenso, cuyas moradas todas en la superficie de la tierra y cuya duración en la serie de las edades deben ser conocidas. Escalando una vertiente de la montaña, el viajero observa al principio cuán poco numerosas son las plantas que le acompañan hasta la cumbre.
Los anteojos eran de gruesa armadura blanca, con cristales redondos, y la cofia, de tul negro con cintas moradas. ¡Era cuanto había que ver doña Ramona haciendo media, desde que necesitaba anteojos y papalina!
Alejémonos de este río, y vamos a escondernos en la selva. La prudencia les aconsejaba partir; pues nada extraño hubiera sido que volvieran por allí los piratas o sus contrarios, que quizás tuvieran no lejos de aquellos lugares sus moradas. Cargaron con la tortuga, de la cual de ninguna manera querían deshacerse, y se pusieron en marcha a través del bosque, dirigiéndose hacia el Oeste.
Su oficio es abrir cada año estas tristes moradas, cubrir y limpiar estos esqueletos, echando entonces en ellas algunas vasijas de chicha que hacen, y de que beben á la buena salud de los difuntos. Estas sepulturas no son siempre muy distantes de sus ordinarias habitaciones: colocan alrededor de ellas los esqueletos de sus caballos muertos, en pié, apuntalados ó sostenidos con palos.
Tenian sus moradas en los lugares ménos espuestos á las inundaciones, como por ejemplo sobre las riberas del rio Mamoré, del rio Aperé, del rio Securi y del rio Tijamuchi, hácia el oeste; sobre las riberas de los rios Baures, de San-Simon, y hasta el Guaporé, por el este.
Y le veo alejarse, amorosamente abrazado a la niña, en cuyos ojos zarcos arde una llamita de ilusión, y en este momento, el mal poeta me parece más grande que Shakespeare y que Hugo... La sombra del rey galán POR el puentecillo de El Pardo iba aquel rey galán cuya leyenda cantan los niños en los jardines. Era pálido y adolorido, tenía las ojeras moradas como los lirios del paje Gerineldo.
26 Igualmente yacerán ellos en el polvo, y gusanos los cubrirán. 27 He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis. 28 Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los impíos? 30 Que el malo es guardado del día de la contrición, del día de las iras son llevados. 31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
Palabra del Dia
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