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Actualizado: 13 de junio de 2025
Toda su persona parecía haber disminuido el volumen tomando aspecto más firme y más preciso; y el vestido de viaje, que sabía llevarlo maravillosamente, completaba la fina y robusta metamorfosis.
Este gran artista, si nos atenemos á las palabras de Martínez de la Rosa, elevó á tal altura la declamación trágica, que pocas veces se vió igual en Europa, y nunca hasta entonces en España, porque conciliaba, en lo posible, la sencillez con la dignidad, expresando maravillosamente las pasiones con su voz, con su gesto y hasta con su silencio, con tanta verdad y con tanta belleza, que á un tiempo arrebataba y conmovía los corazones.
¡Ah! se me olvidaba dijo limpiándose con el pañuelo el sudor que corría hilo á hilo por su frente : por muy afortunado que seas, no puedes pasar toda la noche en palacio; allí sólo estarás un breve espacio... luego... en mi casa no quiero que estés... no sería prudente... Cuando un hombre ocupa con una alta señora el lugar que tú maravillosamente ocupas, debe evitar que esta señora sepa que vive en una casa donde hay mujeres jóvenes y bonitas.
Tan maravillosamente audaz resultaba este rapto, que el mismo Caonabo, en su nobleza de guerrero primitivo, despreciaba al Almirante por haber ordenado tal vileza sin atreverse a realizarla personalmente, y sólo quería conversar y comer con Ojeda, admirando su atrevimiento al arrebatarle de entre sus súbditos. En los combates con los indios cargaba el primero, sin mirar si le seguía su gente.
Acaso la zambra se hubiera turbado desde aquel punto, a no ser porque María, dejándose vencer de tanto rogar y tanto suplicar, no pulsara la vihuela y entonara maravillosamente, por lo blando y expresivo, el siguiente: ROMANCE En un alazán brioso, por entre bravos jarales, huyendo, huyendo Jarifa, en grupas va con su Zaide.
Felizmente para Juanito, estaba allí su madre, en quien se equilibraban maravillosamente el corazón y la inteligencia. Sabía coger las disciplinas cuando era menester, y sabía ser indulgente a tiempo.
Cuando más se le explique, menos comprenderá. Sin embargo, daré cuenta al lector de mis impresiones. No tome el lector á soberbia, lo que voy á decir por ingenuidad. No veo el mérito de la ASUNCION, en donde otros lo ven. Lo veo, grande, muy grande, maravillosamente inspirado y feliz, en donde no se ve generalmente.
Digo, pues, que pueden trabajarse las oraciones con estudio, y á veces es necesario valerse del arte para hacerlas perfectas; porque el fin principal del Orador es persuadir, y para esto algunas veces es menester excitar los afectos, y animar las pasiones de los oyentes, lo qual con el arte se hace maravillosamente.
Observaréis que ese espectáculo tenía por teatro la arena de un átomo recogido en la punta de una aguja. ¿Qué de escenas parecidas hubiese ofrecido el Océano gelatinoso que con tanta prontitud se formó sobre el fango! El tiempo había sido aprovechado maravillosamente. Los moribundos ó muertos, al escapárseles la vida habían creado todo un mundo.
Después de entonarte, paso a recetarte el gran emético, medicina un poco fuerte y desagradable; pero que si la tomas con buena voluntad, ha de probarte maravillosamente con el tiempo y regenerarte por completo. ¿Cuál es la medicina? Pues que te cases con Juan Bou». Isidora hizo un movimiento de repeler cosa muy nauseabunda..., y puso una cara..., ¡Jesús, qué cara!
Palabra del Dia
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