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Actualizado: 22 de julio de 2025


La maldicion del mundo eternamente En tu oido resuene noche y dia, Y las furias con látigo crujiente Te precipiten á la tumba fria! Que por las furias siempre perseguido Llegues á la mansion de Satanás, Y al darte abrazo estrecho, estremecido, Dedos ardientes sientas por detrás.

Preguntaron si conocía al señor de la Pinilla; y como la respuesta fuera afirmativa, le propusieron alojamiento en la Bastilla, por ser lugar fuerte en que había perennemente guardia de soldados; pero si no le agradaba la mansión, estaban dispuestos á poner en la casa que eligiera cuatro guardias del Rey, que le custodiaran día y noche.

Héroe del Sud, tus pálidas cenizas Por la pampa se encuentran dispersadas, Pero de todo un pueblo veneradas Tienen sepulcro en cada corazon; En la inmortal memoria de tu pueblo Que nunca el heroismo ha renegado, Tu nombre como en bronce está grabado, Tiene tu noble espíritu mansion.

Mis ecos se han confundido Con la música lejana, Que se alza cada mañana Del seno de la creacion; Y entre el canto de las aves, Y el aroma de las flores, Del valle de los dolores Han subido á otra mansion.

Mis propias manos ayudaron a bajar y colocar el cuerpo de mi madre en su eterna mansión. Después de esta triste operación, me dirigí solo a la casa y me encerré en mi cuarto. Las lágrimas tienen su pudor como tantos otros sentimientos encerrados en lo más profundo del alma humana.

Era ésta mucho mayor que Fernando, casi le doblaba la edad pues no andaba ya muy lejana de los cuarenta: se había casado con el conde de Peñarrubia y estaba hacía algunos años separada de su marido por motivos poco honrosos para ella. Vivía sola en Madrid. Sus aficiones a la sociedad y aun a la galantería, según murmuraban, no encajaban en la austera y piadosa mansión de su madre.

Ella y su esposo le manifestaron a Mabel su más profundo pesar por su reciente desgracia. Después de quitarnos nuestros abrigos, pasamos al pequeño comedor, donde Gibbons y un sirviente, de librea, nos atendieron y sirvieron la cena, con toda esa majestad antigua característica en aquella espléndida mansión que tantos siglos contaba de existencia.

Las cruces de madera se habían podrido. No había más testimonio de que tal recinto era mansión de los muertos, que dos calaveras incrustadas en la pared a entrambos lados de la puerta. Por cierto que estas calaveras, no produjeron una impresión grata en don Rudesindo. En don Pedro no sabemos; pero puede sospecharse que no sería más favorable.

Su viuda abandonó este proyecto, no tanto por avaricia, como por el horror que le inspiraban toda clase de reformas aunque fuesen de cal y canto. Por dentro, la mansión era suntuosa: los muebles antiguos y riquísimos. Tapices de gran valor vestían las paredes, cuadros de los mejores pintores antiguos adornaban las de algunas piezas, como el despacho y el oratorio. Este era una maravilla de lujo.

O átomos inteligentes, en quien se plugo el eterno Ser en manifestar su arte y su potencia, sin duda que en vuestro globo disfrutais contentos purísimos; pues teniendo tan poca materia y pareciendo todos espíritu, debeis emplear vuestra vida en amar y pensar, que es la verdadera vida de los espíritus. En parte ninguna he visto la verdadera felicidad, mas estoy cierto de que esta es su mansion.

Palabra del Dia

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