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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Además, la simplicidad franca de la leonesa le brindaba campo virgen e inculto donde plantar todas las flores exóticas de la moda, todas las plantas ponzoñosas de la maledicencia elegante.
Aquellos chistes de café, aquella maledicencia que se revelaba en ellos no podía producir efecto en una naturaleza sencilla y recta como la suya. Así que cuando Tristán dio tregua a su panegírico desvió la conversación a otro sitio. Le preguntó por las obras del cuarto, por una joya que había encargado a Holanda, por los muebles que les estaban construyendo. La conversación languideció al cabo.
Para interpretar a los genios, a Corneille, a Molière, a Racine, hay que hacerse un alma semejante a la suya; hay que pasar su corazón por el autoclave del sufrimiento; hay que caminar con pies desnudos por los senderos cubiertos con las espinas de la envidia y con las ortigas de la maledicencia. JESSY. ¡Qué ocurrencias tan graciosas las suyas...! ¡No tengo los pies hechos a eso...!
Me preguntaba lo que valen a los ojos de Dios las oraciones de esas malas almas... ¿Las escucha?... ¿Las perdona cuando por toda reparación pasan unas cuentas del rosario creyendo que eso basta para expiar una calumnia o una maledicencia?... Empezaba a sentirme muy severa para todas esas faltas y sus autoras, cuando me llegó la vez de confesarme.
Elena pensó en sus admiradores, que estarían esperándola, impacientes. Se habían abstenido de venir á buscarla, porque el día anterior les manifestó su deseo de presentarse sin otro acompañamiento que el de su esposo. Una señora debe evitar que la maledicencia se cebe en sus actos. Cuando se dirigía hacia el carruajito, dejando á sus espaldas la casa, oyó el ruido de un galope.
Ora se hablaban en la misma iglesia de Capuchinos, donde fue la conversión de ella y donde ambos solían asistir; ora acudía él a casa de la actriz, si bien con prudente recato para evitar la maledicencia. No podía ésta tener el menor fundamento, pero la malicia humana levanta en el aire castillos de torpes embustes, y conviene evitar que la malicia los levante y se haga fuerte en ellos.
28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención. 31 Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia;
Soy rico, soy solo en el mundo, sencillo en mis gustos, inclinado á hacer el bien que puedo, refractario á la envidia y á la maledicencia, y no puedo contemplar, sin estremecerme, los dardos que me arrojan las rivalidades que cercan mi puesto, y la baja adulación de los que me necesitan ó me temen.
Se había ido á París para hacerse soldado, ¡y él tenía tantos amigos soldados!... «La Generala», por ser mujer, le infundía más interés, excitando su maledicencia. Yo creo dijo, con su sonrisa de misógino que se fué por celos, por despecho. La duquesa de Delille ha acaparado á ese teniente que le presentó ella. Hasta parece que el tal teniente ha tenido un duelo...
Provino de todo esto una fervorosa amistad, que se alimentaba en el comercio y comunicación constante de aquellas dos personas. En los lugares, ni más ni menos que en las grandes poblaciones, abundan las malas lenguas; pero concurrían en esta ocasión mil circunstancias que evitaron que la maledicencia se cebase en tan inocentes relaciones y las interpretase en sentido avieso.
Palabra del Dia
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