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Actualizado: 16 de mayo de 2025
Ahora echaba miradas torvas al grupo contestando distraídamente al conde de Cotorraso, que desde hacía algún tiempo le mostraba una terrorífica predilección cogiéndole de la solapa dondequiera que le hallaba para explicarle su nuevo método de destilación del aceite. Con su lujosa casaca y peluca blanca de caballero del siglo pasado, el joven concejal no había ganado en dignidad. Parecía un lacayo.
El pródigo disipa sus riquezas en los placeres y en la ostentacion: pero no tarda en encontrar un vengador de sus desvaríos en la pobreza andrajosa y hambrienta, que le impone en vez de goce privaciones, en vez de lujosa ostentacion escasez vergonzosa.
En el vestíbulo de las columnas, y delante del palacio, se ostentaba Circe sentada en su trono, acompañada de sus doncellas, que atraían con sus gestos á los compañeros de Ulises. A una señal de Circe brota de la tierra una mesa lujosa con manjares exquisitos; los recién llegados beben de las copas que les presentan, y se transforman como los demás huéspedes de la isla.
Hallábase Moreno contemplando una imagen yacente, encerrada en lujosa urna de cristal, cuando sintió a su lado este susurro: «Bonita efigie ¿verdad? Es el Cristo que sacamos en la procesión del Santo Entierro». Volviose y vio a su lado a Estupiñá, calado hasta las orejas el gorro negro de punto, señalando la imagen con gesto de cicerone.
La última consistía en jugar cuatro en diversas mesas, siguiendo un «sistema» común que el pianista juzgaba infalible. Después de tomar el café, todos los habitantes de la lujosa «villa» parecieran agitados por una comezón que no les dejaba continuar en sus asientos. Castro se marchó el primero, anunciando que iba al Casino.
Yo entonces aun no había visto nada, no podía comprender la diferencia que existe entre la ostentación lujosa y el buen gusto, y quedé maravillado. Después de recorrer la casa subimos la azotea y estuvimos contemplando la bahía de Cádiz, inundada de sol, llena de fragatas, de bergantines y de goletas. Dolorcitas trajo un anteojo y miramos el Puerto de Santa María, Rota y Puerto Real.
El matrimonio se vio necesitado a abandonar la casa lujosa de Madrid y a refugiarse en el Sotillo, finca que pertenecía a la esposa por herencia de sus padres. Donde antes solían pasar solamente algunos días de primavera, en uno de los cuales había nacido Germán, tuvieron que residir forzosamente todo el año.
Las paredes están cuajadas de pabellones de coquillo colorado, bombas, farolillos, vasos, y guirnaldas de ramaje ó flores de papel. En un rincón se ostenta una lujosa arpa; esto ya quiere decir algo. El centro de la sala lo ocupan dos mesas: en la una están los platos, botellas y repuestos de todas clases. La otra, ¡ah! la otra merece mucha atención. ¡Es la mesa oficial!
Don Juan se dio en seguida a pensar en lo bonita que estaría aquella mujer envuelta en una bata lujosa, lánguidamente tumbada en una butaca, o vestida de baile con los brazos desnudos, ceñido el cuerpo en sedas y encajes, o mejor aún, en el momento de lavarse y peinarse, que es el instante más favorable para saber si la belleza femenina está en aquel punto de sazón y frescura que la hace ser la obra maestra de Dios.
Deseoso de conservar su prestigio de gran señor, celoso del respeto de la servidumbre y de la consideración de sus convidados, temió las escenas violentas que poblaban de aullidos femeninos los salones y hasta las escaleras de su lujosa residencia.
Palabra del Dia
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