Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Su pie vacilaba; el pudor entregado a mismo, luchaba por encontrar una marcha y un continente decoroso; pero en vano, un movimiento en zig-zag agitaba todo el cuerpo del enfermo; cada paso era un triunfo; la cabeza se tenía mal sobre los hombros... y de la faringe del borracho salían, como arrullos de tórtola, gritos sofocados de protesta, de una protesta monótona, inarticulada, que era a su modo expresión de una idea fija, o mejor, de un odio clavado en aquel cerebro con el martillo de la manía.

Cuando no, me alzaba yo contra V., trataba de limpiar mi culpa con la penitencia, y luchaba siempre por libertarme. ¿Cuánto, no obstante, hubiera debido enorgullecer á V. cada una de sus victorias, aun siendo impío, si hubiera V. acertado á comprender la grandeza sublime y tempestuosa de las grandes pasiones?

Su orgullo, que luchaba con la frente erguida contra toda superioridad; que desafiaba la dignidad de la nobleza, la rivalidad de los artistas, el poder de la autoridad y aun la prerrogativas del genio, se dobló como un junco ante la grandeza y la elevación de la virtud. Poco después se levantó para irse; seguía lloviendo. Tiene usted un coche a su disposición le dijo la duquesa al despedirla.

Por otra parte, don Cristóbal, padre de aquel ángel travieso y juguetón, quedó repentinamente en posición tan falsa que quiso volverse loco. Luchaba su amor de padre ruda batalla con el odio a la milicia.

El pobrecillo era un santo, y su amor luchaba con el deber. Esta lucha que creía adivinar le hacía doblemente interesante a sus ojos, y exaltaba aún más, si posible era, su desapoderada pasión. Al cabo nació en su mente la idea de verle otra vez. La idea se convirtió al momento en propósito, y la inundó de alegría. La entrevista debía ser secreta, que nadie en Peñascosa tuviese noticia de ella.

La ciencia fue para él otro desengaño; y lo mismo el imperio sobre los hombres, la «potencia de dominación», con todas las satisfacciones del orgullo... Al final de su existencia creía encontrar la verdadera dicha dedicándose al progreso de sus semejantes, colonizando una isla, levantando en ella la ciudad futura, en la que todos serían iguales, regidos por la santa poesía... Y para la realización de esta empresa luchaba con la tierra salvaje y con las aguas, abriéndolas un enorme canal.

Salió Josefa a abrir. Como desde su famoso viaje no la había visto, se arrojó en sus brazos, la abrazó y la besó con afectada efusión. El ama se mostró muy poco contenta: la recibió con frialdad glacial; hasta se le conocía que luchaba consigo misma para no soltarle una rociada de desvergüenzas y darle con la puerta en las narices.

Su pensamiento permaneció puro hasta aquella terrible hora de media noche. En ella el sentimiento, solo, luchaba con el mal deseo. Cada día sacaba del fondo de su naturaleza sana y vigorosa nuevos recursos para eliminar el virus, o, por lo menos, para contenerlo y hacerlo inofensivo: por eso se desterró al extranjero, por eso en el momento en que vio tu casa pensó en huir lo más pronto.

Todo su ser estaba consagrado a la salvación de Germana; toda su alma luchaba contra el peligro presente con una voluntad de hierro. Jamás el genio del bien había adoptado un aspecto más feroz y más terrible. Se leía en su rostro una abnegación furiosa, una amistad exasperada, una ternura irascible. No era ni una mujer ni una enfermera, sino un demonio femenino que disputaba su presa a la muerte.

El deseo de seducir al de la carátula y salir pronto de aquel mal paso, satisfaciendo su afán de hablar, de contarlo todo y aun de lucirse, porque era muy jactancioso, luchaba en su alma con el temor de empeorar la situación en que se hallaba, sobreexcitando la codicia del bandido.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando